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La turba ataca de nuevo

Los escraches no se valen de argumentos, solo eligen víctimas

Al contrario de lo que ha sucedido otras veces en este país, la izquierda se moviliza mientras el centroderecha se halla en medio de una desbandada. Eso es, al menos, lo que presumen los sondeos de esta especie de segunda vuelta electoral. La supuesta desmovilización de una parte del electorado permite, además, a la otra proyectar su crecida. El ejemplo es Madrid donde el PSOE podría recuperar la Comunidad y Carmena repetir como alcaldesa. Entran a formar parte de esta pretendida e increíble decantación del voto cosas que no tienen demasiado que ver con la gestión.

Carmena, si no me equivoco, ha sido hasta ahora una alcaldesa que no ha brillado especialmente en el cometido de poner a la capital de España a la altura de su hermoso cielo. Igual estoy terriblemente confundido y lo que hay que hacer es unirse a los escraches contra Begoña Villacís y el PP, como hacen los miembros de la plataforma antidesahucios, que persiguieron a la candidata de Ciudadanos llamándola "sinvergüenza" en vez de ir detrás de Doña Carmena, que sería en último caso responsable indirecta del problema de los desahuciados dado que es la alcaldesa.

Villacís no, Villacís es la aspirante y no hay por qué asociarla a los desahucios. La visceralidad, una vez sepultadas convenientemente las ideologías, es el humus que deja a su paso el sectarismo populista. Villacís no es culpable de lo que se le atribuye pero sí el centro de la diana elegido esta vez por el peronismo rabioso que no pretende depurar responsabilidades por la gestión sino ejercer su militancia. Anteayer le tocó a ella, mañana a cualquiera siempre que sea el otro. Infeliz convivencia.

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