Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Joe Biden y Cuba. ¿Es viable la reanudación de las relaciones?

U.S. President Joe Biden boards Air Force One en route to the White House after a trip to Camp David, in Hagerstown

El triunfo del demócrata Joe Biden en las recientes elecciones presidenciales de Estados Unidos abrió una esperanza de recomposición en las relaciones diplomáticas con Cuba, deterioradas durante la administración del mandatario saliente, Donald Trump.

Ante estas circunstancias, deberíamos preguntarnos, ¿es viable una reanudación de relaciones con el enemigo histórico de la Revolución cubana, mejorará la vida del arrostrado pueblo cubano?

Si, a pesar de las amenazas líquidas y de inseguridad que manifiestan la ansiedad y el miedo, el llamado estrés de riesgo, como consecuencia de la posible terminación de un tenso periodo de contantes enfrentamientos en el terreno de inteligencia, político y económico por el saliente presidente de Trump y que ha sido de profundo daño para el pueblo cubano.

Igualmente, es complicado pasar de enemigo histórico a amigo en tan poco tiempo, la dirección y el pueblo cubano necesitan también estabilizar su apreciación y relación con la fuerte oposición cubana-estadounidense y estos con los cubanos de la isla tanto del Gobierno como con la población civil, pues somos el mismo pueblo, vecino y muy cercanos que durante largo tiempo hemos estado enfrentados.

El resentimiento, el miedo y la incertidumbre tiene que dar paso al reto a la ilusión y confianza, como lo interpretaron los líderes Ho Chi Minh y Mandela en su momento, el verdadero enemigo está en la incapacidad de adaptación a las nuevas realidades y desafíos, como son: la pandemia de coronavirus, el medio ambiente, el calentamiento de la tierra, la cooperación en temas de seguridad nacional, inmigración y tráfico de personas ,así como el hambre, la miseria, la libertad, los derechos humanos, la globalización y la digitalización aspectos que nos afectan a todos.

La época del dogma radical no permite ni a unos ni a otros, reconocer que el mundo ha cambiado, se han modificado las formas de vida, hábitos e ideas, se puede edificar sociedades con economías social de mercado con los defectos y dificultades que tienen la socialdemocracia o la democracia, ejemplo Viet Nam.

Ya ambos gobiernos saben negociar bajo presión de un fuerte lobby de cubanos a favor del bloqueo y contra la reanudación de relaciones diplomáticas.

Independientemente de las pretensiones del Gobierno de los EE:UU; Cuba tiene que encontrar su propio camino dentro de este nuevo panorama para disminuir las desigualdades, abrir mayores oportunidades, intensificar su lucha contra la corrupción, mejorar su justicia ambiental, su tasa de natalidad y eliminar las irresponsabilidades de las retoricas políticas pasadas que no encaja con el discurso de las nuevas generaciones y circunstancias, pero que no pueden seguir siendo de retórico consuelo del momento platónico de la Revolución, El nuevo congreso del Partido deberá tener en cuenta estas nuevas necesidades socio política de la población cubana.

Aunque con la presidencia de Biden, hombre pragmático y tradicional no se llegue al nivel de las aspiraciones del presidente Obama, se debiera reiniciar unas conversaciones que faciliten llegar a acuerdos sobre el bloqueo y los derechos humanos bajo un ¨un enfoque más inteligente que empodere a la sociedad civil cubana y la comunidad cubanoamericana para que impulsen el progreso y que determinen libremente su propio futuro”, como planteó la vicepresidenta electa, Kamala Harris.

Lo que sí es cierto que el paso dado por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro fue trascendental, irreversible pero quedó trunco aunque respondió a un llamado de ambos pueblos y a la enseñanza de Mandela cuando en 1993 junto a De Klerk al recibir el Premio Nobel señaló: ”Para firmar la paz con un enemigo uno debe trabajar con ese enemigo, y ese enemigo se hace socio de uno”. “Para negociar y firmar la paz con el enemigo no se lo debe debilitar, porque hace más débil las cosas”. Cuba y EE.UU. están obligados a entenderse por el bien de los pueblos cubano y estadounidense.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats