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Opinions des d’Elx

Joan Antoni Oltra Soler

Si aumentan las promesas es que se acercan las elecciones

Mucho hablar de mejorar las cercanías ferroviarias Alicante-Elx-Murcia; la conexión con el aeropuerto de l’Altet; tercer carril en autovía Alicante-Murcia; Corredor Mediterráneo; plan director del río Vinalopó, etc. y nunca hay dinero para estas cosas y, el poco que ponen ni lo gastan.

Si aumentan las promesas es que se acercan las eleccionesINFORMACIÓN

Hay quien dice que debería haber elecciones más a menudo. Un síntoma de que se acercan es la cantidad de visitas y de promesas que recibe la ciudadanía por parte de aquellos que persiguen el voto del electorado.

Si aumentan las promesas es que se acercan las elecciones

La verdad es que hemos empezado a asistir, y aún faltan once meses para las votaciones, a todo un espectáculo. Se nos promete de todo: cosas nuevas, viejas y, sobre todo, cosas ya prometidas (estas son las que más abundan). Se les cambia el nombre, emplazamiento, objeto o lo que haga falta, y aparece como promesa novedosa y que siga la rueda. Lo de que se desarrolle lo prometido es otro cantar.

Es lo que ha pasado con la visita que el presidente de la Diputación y candidato del PP a la Generalitat, Carlos Mazón, hizo a Elx la semana pasada. Junto a temas novedosos e interesantes, como una nueva oficina de SUMA en Carrús, o una sede cultural en un edificio emblemático de la ciudad, como delegación propia de la Diputación en la misma (en el que hemos asistido a un curioso debate sobre gestión inmobiliaria con su homólogo Carlos González, al proponer éste algún edificio concreto), vuelve a aparecer la promesa del Palacio de Congresos. Recordemos que, en diciembre de 2018, poco antes de las elecciones de 2019, la Diputación, presidida entonces por César Sánchez prometió financiar un Auditorio, tipo ADDA, al 100% y declaraba «que sería la inversión más importante que hacía la Diputación en Elx en toda su historia». Cierto, si se hubiera hecho. La realidad es que aún no se ha invertido un euro y, ahora, se presenta como Palacio de Congresos, en otro sitio y con exigencia de que, en su financiación, entre la Generalitat. El tema ya ha pasado una legislatura en blanco, ya veremos si es la única.

En el País Valencià, de 1.107 millones de euros previstos se invirtieron 469, sólo un 42% (peor que la media estatal). Un resultado escandaloso.

Esperemos que esto no acabe como una competición entre los candidatos Ximo Puig y Carlos Mazón haciendo promesas a destajo a Elx, y sin intención de dar cumplimiento de ellas. De eso ya sabemos y padecemos suficiente. Si no se quiere profundizar en el desencanto por la política, se debe ser riguroso en lo que se ofrece y asumir su cumplimiento.

Aún no se ha invertido un euro y, ahora, se presenta como Palacio de Congresos, en otro sitio y con exigencia de que, en su financiación, entre la Generalitat.

Y es un problema a todos los niveles: Hace unos días, el Ministerio de Hacienda publicaba un informe denominado «Distribución territorial de la inversión del sector público estatal de 2021», en el que se detallaba la inversión ejecutada por el Estado en las diversas comunidades autónomas. La media está en que se ejecuta el 67% de lo que se presupuesta, aunque el problema son las diferencias entre territorios. Hay comunidades en las que se ejecuta mucho más de lo inicialmente previsto ya que, durante el ejercicio, se plantean modificaciones presupuestarias y se llega a situaciones como que Madrid ha recibido un 184% de lo inicialmente previsto y, encima, quejándose mientras en otras, la situación es a la inversa: En el País Valencià, de 1.107 millones de euros previstos se invirtieron 469, sólo un 42% (peor que la media estatal). Un resultado escandaloso. Y son datos oficiales del 30-5-22. Esto no es normal ni aceptable.

Mucho hablar de mejorar las cercanías ferroviarias Alicante-Elx-Murcia; la conexión con el aeropuerto de l’Altet; tercer carril en autovía Alicante-Murcia; Corredor Mediterráneo; plan director del río Vinalopó, etc. y nunca hay dinero para estas cosas y, el poco que ponen ni lo gastan. Parece que no existamos para los de Madrid y esto no es nuevo, nos viene pasando hace años y gobierne quien gobierne.

Y, lo peor, es esa sensación de que parece que juegan con nosotros. El ejemplo de la ronda sur es vergonzoso. En 2015 se inauguró el tramo construido y ahí se quedó. Una carretera sin final. Parece de chiste. Como si se hubieran olvidado de que está a medias. Y cuando la Generalitat dice que, con cargo a los 300 millones del Estado asumiría su terminación, se lo toma tan despacito que no parece preocuparle mucho la situación.

Lo dicho: estamos sobrados de promesas. Menos anuncios y más seriedad.

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