Casa Cornelio, la Macarena y Miguel Hernández

El poeta MiguelHernández

El poeta MiguelHernández / INFORMACIÓN

Joan Pàmies

Joan Pàmies

Déjame esta madrugada/ lavar tu llanto en mi pena,/ Virgen de la Macarena,/ llamándote camarada./ Flor del vergel sevillano,/ sangre de tu santa tierra,/ de la paz, no de la guerra,/ jamás de Queipo de Llano./ Que tú no eres generala,/ abogada del terror,/ sino madre del amor,/ lumbre que todo lo iguala./ Camarada, compañera,/ de obreros y campesinos,/ nunca de los asesinos/ del pueblo que te venera./ Tú la representación/ pura de la luz serena,/ Virgen de la Macarena,/ no de la provocación./ Muchacha de Andalucía,/ la más clamorosa alhaja/ de la sola cofradía,/ de la gente que trabaja.

Poema de la discordia, 

Rafael Alberti. 1978.

Es necesario para recuperar la Memoria Histórica que en Elx, en Orihuela y en otras ciudades se efectúen mociones municipales mencionando los nombres de las personas republicanas y de los lugares en los que debatían ideas y proyectos políticos para conseguir una sociedad democrática, contraria a la obscuridad eclesiástica y monárquica.

En Sevilla se ha exhumado el general fascista Gonzalo Queipo de Llano, él dirigió el asesinato sistemático de unos 45.000 andaluces y la eliminación de locales en los que se reunían las personas progresistas. En el solar que estuvo la taberna Casa Cornelio se construyó, apadrinada por el general, la Basílica de la Macarena; en 1978 Rafael Alberti escribió Poema de la discordia llamando camarada a la Macarena y contra este genocida. Casa Cornelio, había sido destrozada a cañonazos por el gobierno republicano de derechas, siguiendo los deseos de los poderes fácticos sevillanos utilizando bulos y manipulaciones informativas. En la mítica taberna anarquista se reunían comunistas, socialistas, anarquistas y muchos colectivos de izquierda con personajes históricos, como José Díaz Ramos, secretario General del PCE y literarios. Algunos de ellos fueron conocidos de Miguel Hernández, como los poetas de la Generación del 27 Jorge Guillén Álvarez, catedrático de la Universidad de Sevilla y el director-conservador del Real Alcázar de Sevilla, Joaquín Romero Murube; a los que Miguel Hernández buscó en Sevilla, en abril de 1939, días antes de salir para Huelva y hacia la frontera portuguesa. 

Rafael Alberti, en las Fallas de Valencia en 1981

Rafael Alberti, en las Fallas de Valencia en 1981 / INFORMACIÓN

Murube, alcaide del Alcázar (1934-1969), no ayudó ni ofreció refugio al poeta oriolano; en aquellos días visitaba el recinto amurallado Francisco Franco acompañado por el general genocida, probablemente Miguel Hernández fue testigo de ese momento en los jardines del Alcázar. El poeta y alcaide sevillano, desde el inicio del Golpe de Estado fascista, estuvo del lado del bando de Queipo de Llano, quien ordenó el asesinato de Federico García Lorca con la frase en clave «dadle café, mucho café « (CAFE era el acrónimo de Camaradas Arriba Falange Española).  

Murube fue amigo íntimo de García Lorca y Queipo de Llano  lo envío a Granada para reconocer el lugar en el que fue asesinado el poeta granadino, actualmente se sigue buscando su cadáver. Murube participó en actividades culturales antes y durante la II República, en el conflicto bélico realizó tareas de propaganda a favor de los golpista y fue colaboracionista de la dictadura; Sevilla tiene una calle con su nombre al lado del Alcázar, denominación que siguiendo la ley de Memoria Democrática debería ser eliminada.