Los “emprendedores” en el deporte alicantino

Cuando se habla de los “emprendedores” en el mundo de los negocios pensamos siempre en personas que tienen ideas y proyectos con los que emprender negocios y llevar a cabo actividades innovadoras. Pero, sobre todo, siempre arriesgadas en las que pones en juego y en riesgo tu tiempo y dinero. Sin embargo, en este país todavía se sigue sin valorar, como realmente se merece, a los “emprendedores”. Y ello, porque no se asume que emprender un negocio supone siempre un elevado grado y nivel de riesgo, porque quien lo lleva a cabo no siempre lo hace porque le sobra el dinero, o emprende con el “sobrante”, sino que quien lo hace suele recurrir, incluso, a líneas de crédito para poder acometer su proyecto y convertirlo en “realizable”.

Nuestra provincia se caracteriza, sobre todo, por el nivel alto de emprendimiento que tienen muchas de las personas que dedican su tiempo y dinero a emprender actividades, a buscar donde está la necesidad en el mercado y dónde puede haber una línea de negocio en la que profundizar. Y conste que, por regla general, los alicantinos lo hacen con pocos recursos personales y con más espíritu e ímpetu personal que es lo que hace sumamente valioso a quienes arriesgan su tiempo y dinero en apostar por ideas que consideran ingeniosas y que pueden llenar una parte de un mercado que está por explotar y en donde puede haber una línea de negocio.

Por otro lado, estos emprendedores alicantinos no solo lo hacen para buscar lucro personal, sino que contribuyen a crear puestos de trabajo. Piénsese en las zonas de expansión de viviendas que ahora se están abriendo por toda la provincia, por ejemplo, en Alicante en el PAU 5 y zonas contiguas, donde sería precisa la inversión pública para potenciar zonas de parques, jardines, zonas verdes y deportivas que contribuyan a potenciar zonas donde hay alicantinos que están invirtiendo y apostando su dinero para abrir negocios y contribuir a crear empleos.

Pero en este escenario de los emprendedores también debemos recordar a los que lo hacen sin ánimo de lucro personal, sino para llevar a cabo una especie de “función pública” que se traduce en el apoyo a deportes de competición como lo ha sido, por ejemplo, el baloncesto, por medio de la entidad Lucentum, que por medio de Tony Gallego y su equipo de colaboradores pusieron su máximo empeño hace tiempo para ayudar a que la provincia tuviera un lugar en el baloncesto español después de haber disfrutado de momentos y tiempos de gloria en la máxima categoría del baloncesto.

Porque, en realidad, los alicantinos que se convierten en emprendedores en el deporte para dotar a su provincia de equipos en deportes de competición en ligas nacionales, como es en este caso el Lucentum en baloncesto, vienen a cumplir y asumir una misión relevante en el concierto de la economía en la provincia para dotar a los alicantinos de un lugar al que acudir para disfrutar de espectáculos deportivos. Admirable es, por ello, quien emprende en favor de un servicio que es más público que privado, porque, al fin y al cabo, quien emprende en el deporte lo hace como servicio público, porque no lo hace con objetivo de un lucro personal, sino sustituyendo al poder público en una función que debería merecer muchas ayudas por su consideración de contribución pública al bien de la provincia.

De esta manera, el emprendedor privado es de admirar porque se arriesga y porque quiere cubrir parcelas de servicios privados para la mejora del bienestar de los ciudadanos, de ahí que también sea preciso que se apoye y ayude a los emprendedores que, como empresarios, invierten su dinero para dotar de mejores servicios y ofertas a su provincia. Pero no hay que olvidar que hay emprendedores, como estamos apuntando, que aportan su tiempo, y también su dinero en mejorar las prestaciones de servicios y ofertas de deporte de élite para que el nombre de la provincia de Alicante suene por todos los sitios. Porque, al fin y al cabo, ello sirve para poner en el mapa a nuestra provincia, mejorando la atracción turística a nuestros visitantes.

Por todo ello, proyectos como el del club de baloncesto del Lucentum y quienes en él trabajan son de admirar y reconocer el tiempo desinteresado que le dedican y destinan sus integrantes. Todo ello para emprender, pero siempre en un pensamiento y beneficio colectivo, lo que hace más admirable la entrega y dedicación que estos emprendedores están llevando a cabo y que merecen todas las ayudas públicas posibles y el máximo reconocimiento social.