Cátedra San Crispín de la UMH de Elche

El calzado: Un legado industrial olvidable

Recientemente se ha propuesto cambiar los nombres de las calles de Carrús, con algunas propuestas sin vinculación ninguna con el municipio. Es buen momento, si se quiere, de poner con nombres y apellidos las calles de los industriales y trabajadores que construyeron y vivieron en Elche.

Derribo la semana pasada de la nave que fue de la empresa Reebok y antes de la mercantil zapatera de Miguel Hernández, en Elche

Derribo la semana pasada de la nave que fue de la empresa Reebok y antes de la mercantil zapatera de Miguel Hernández, en Elche / AXEL ALVAREZ

"Colmena gigantesca de donde se extrae y elabora los productos más varios de la industria, es rara la calle de la ciudad laboriosa, que no albergue centro fabril, rimandot rabajo con paisaje, acogido al manto suave e imperial de palmeras milenarias». Así narraba en 1951 el periodista A. Sánchez Pomares, en este mismo periódico, a Elche y su riqueza industrial en consonancia con su Palmeral. Un aspecto, el económico, que había ido creciendo durante el final del siglo XIX y todo el siglo XX, y que fue dejando en la expansión urbanística, diferentes elementos arquitectónicos, espacios y etnografía que definen lo descrito en aquel artículo.

Para visualizar lo que describía por aquel momento, tan solo basta con visualizar las fotografías aéreas y panorámicas desde el campanario de la basílica, la zona del Corazón de Jesús de los años 50, como también las posteriores de los años 60, 70 y 80 de los barrios de Carrús, el Pla, el Sector 5º y Altabix. Es fácil distinguir las fabriquetas de fisonomía alargada rectangular, y con tejado a dos aguas, entre las diferentes manzanas que atesoraban la revolución industrial ilicitana. Espacios que después de lustros, se han transformando en edificios residenciales (incluso establecimientos de grandes superficies), llevando a menguar en lo que se refiere a toponimia, industria y singularidades de lo que fue.

Industria alpargatera

Pero antes de entrar en materia, son necesarias algunas puntualizaciones históricas para el lector. La ciudad que conocemos hoy se empezó a formar a finales del siglo XIX, con la llegada del ferrocarril y la transformación económica de la agricultura a la industria alpargatera en un primer momento, y la zapatera ya entrado el siglo XX. Prueba de ello fueron las grandes empresas que llegaron hasta la década de 1970, como lo fueron Ripoll, Ferrández, Samper o FACASA, pero también otras de singularidad como calzados Maroi, del primer presidente del Elche C.F: Mariano Rodríguez Irles (sírvase como tributo en el artículo al centenario del Elche Club de Fútbol). Sin embargo, como venimos comentando, el gran salto demográfico, industrial y urbanístico se vio a partir de la década de los 50. El proceso industrializador del régimen franquista provocó el auge del éxodo rural y el incremento, en el valle del Vinalopó en concreto, de la producción zapatera.

Ello supuso en el municipio ilicitano un incremento poblacional nunca antes visto, teniendo en 1950 una población que rondaba los 56.000 habitantes y treinta años después, en 1981, casi 163.000.

La empresa de Miguel Hernández dio paso a Reebok, la semana pasada comenzó la demolición para dar paso a viviendas y un supermercado, en Elche

La empresa de Miguel Hernández dio paso a Reebok, la semana pasada comenzó la demolición para dar paso a viviendas y un supermercado, en Elche / AXEL ALVAREZ

Gaspar Jaén, doctor en Arquitectura y estudioso de la historia del urbanismo y barrios de Elche, ya plasmó las singularidades de la ciudad en su Guía de la Arquitectura y Urbanismo de Elche. Un trabajo donde se pone de relieve lo que venimos comentando, de cómo se ha construido Elche, y de cómo se ha ido destruyendo. Y recalco lo de destruir, ya que la obra recoge lo realizado hasta finales del siglo XX, pero que tras 30 años seguimos viendo procesos de destrucción de este legado. En la obra citada se pueden visualizar varias infraestructuras industriales donde recoge el valor y la historia de ellas, poniéndolas en valor de una manera concisa, sencilla y con veracidad.

Generaciones venideras

Nombraba anteriormente la palabra menguar, pudiéndolo decir de una manera más exacta: desaparecer. Ya no es solo la destrucción del patrimonio industrial, fiel reflejo de lo que pasó, sino el olvido con las generaciones venideras y el valor histórico-industrial para el municipio. A lo sumo, el sentimiento de una ciudad industrial con la que se vendía en la segunda mitad del siglo XX (y se sigue vendiendo en XXI). Un legado, al fin y al cabo, donde solo las fotografías y estudios socio-históricos y arquitectónicos podrán recopilar, estudiar y mostrar. La nueva dinámica urbanita de sacar la industria de la ciudad, ha llevado a la destrucción de espacios tan significativos como lo fueron las fábricas Ripoll, FACASA, de Miguel Hernández /Reebok (como lo hemos vivido recientemente), Martinelli, Kelme (de las primeras en transformarse) o los casos de polígonos como el de Altabix y Sector 5º (este último con nuevas promociones que dejan latente esa reconversión de un espacio industrial a urbano). Por último, y lo que pongo de manifiesto en este artículo, es también la toponimia del lugar sin ninguna intención de que perdure. Este último aspecto, es sin duda, donde más énfasis y donde las instituciones locales deben de realizar acciones para que no se olviden. Espacios ya citados se están viendo reconvertidos con nuevos nombres que nada tienen que ver con el legado industrial que atesora nuestra ciudad.

Actividad en una empresa de calzado de Elche

Actividad en una empresa de calzado de Elche / INFORMACiÓN

Las generaciones jóvenes ya no citan la zona de Ripoll, la de FACASA, las pistas del Kelme, Mesalina, rotonda de MAESCA… como si lo hacen nuestros abuelos y padres, como tampoco existen en las nomenclaturas de las calles y plazas de temática industrial (a destacar estrictamente como industrial la Plaza de la Aparadora, C/ Calle José María Buck o C/ Antonio Ripoll Javaloyes. No contamos a Ferrández Cruz o Vicente Quiles, ya que se les relaciona más por su actividad política que industrial). Recientemente se ha propuesto cambiar los nombres de las calles de Carrús, con algunas propuestas sin vinculación ninguna con el municipio. Es buen momento, si se quiere, de poner con nombres y apellidos las calles de los industriales y trabajadores que construyeron y vivieron en Elche. Algunos de ellos con relación con el barrio, como los hermanos Cañizares Riquelme (fundadores de Kelme).

Las generaciones jóvenes ya no citan la zona de Ripoll, la de FACASA, las pistas del Kelme, Mesalina, rotonda de MAESCA… como si lo hacen nuestros abuelos y padres, como tampoco existen en las nomenclaturas de las calles y plazas de temática industrial

Se sigue perdiendo un legado industrial que nos colocó en el mapa peninsular e internacional. Se sigue derribando fábricas con gran valor social, se sigue desvinculando espacios creados y vinculados a tales tareas. Solo las investigaciones y publicaciones como la biografía de Miguel Hernández, el Marqués de Carrús, editado por la Cátedra Pedro Ibarra-UMH (best seller, por cierto) siguen poniendo de relieve la historia e industria que tuvo y sigue teniendo el municipio. Lo único que no se toca (de momento) es la Fábrica de Ferrández y sus casitas incrustadas en pleno palmeral histórico, así como los barrios con toponimia y singularidad vinculante (Porfirio Pascual, San Antón, Barrio Sagrada Familia…etc.). Aún hay esperanza.

Plaza de la Aparadora, en Elche, uno de los pocos homenajes que la ciudad rinde al calzado

Plaza de la Aparadora, en Elche, uno de los pocos homenajes que la ciudad rinde al calzado / ANTONIO AMOROS

Hace 70 años se exportaba calzado ilicitano a gran escala a los Estados Unidos. Hoy se está a punto de que un cohete Made in Elche sobrevuele en la órbita terrestre. Algo hay que hacer al respecto.

Comenzaba el artículo con el texto del periodista del INFORMACIÓN. Lo termino con uno del citado Gaspar Jaén (también poeta) en los libros nombrados: «Elx fet d’oblit, de misèria, de cucs i de destrossa. I de vida i de llibertad. I d’aigua i de palmeres». 1983.