Ver, oír y gritar

Ejemplaridad y transparencia

Ferrovial redobla su ofensiva: "Países Bajos tiene una entorno favorable para los negocios y un ordenamiento jurídico confiable".

Ferrovial redobla su ofensiva: "Países Bajos tiene una entorno favorable para los negocios y un ordenamiento jurídico confiable".

Marc Llorente

Marc Llorente

El alboroto constante sube de nivel con el ruido preelectoral, y la situación resulta insufrible. Cada día una novedad que no huele nada bien. El caso Mediador salpica al PSOE de Canarias y le pone en alerta con esa trama de presuntas mordidas y extorsiones a empresarios del sector ganadero y alimentario. Acusaciones de los delitos de cohecho, blanqueo de capitales o, entre otros espléndidos milagros, falsificación y tráfico de influencias en la gestión de las ayudas europeas en las islas.

Sea quien fuere, los presuntos tratos de favor a cambio de favores políticos solo pueden producir una severa indigestión en los espectadores. Por tanto, la respuesta ha de seguir siendo tajante. Lo que no tiene razón de ser es pensar, mientras no se demuestre lo contrario, que esto tiene unas amplias implicaciones políticas. Pero no sorprende nada. Viven a costa de inflar cualquier globo y de contaminar el ambiente. Y ahora no iba a ser menos. Carnaza fácil en vez de ajustarse a una información veraz. «La punta del iceberg», según Núñez Feijóo, o una «bomba» que los socialistas tratan de «tapar».

Destápese lo que sea necesario, si bien tiene verdadera gracia que lo digan este señor y la corte de aplaudidores de un grupo diplomado en todo tipo de prácticas corruptas, que normalmente mira hacia otra parte respecto a los escándalos que han tenido lugar (o tienen) en su propia casa. No son pocos, como la guerra sucia y la «policía patriótica» en la etapa del Ejecutivo de M. Rajoy, o las estafas de toda condición a la ciudadanía.

Vale pedir ejemplaridad y transparencia en esto y en todo. Eso sí, es cómico que lo exijan quienes no lo demuestran en ningún momento y se dedican a cubrir sus vergüenzas desesperadamente. Ya ven su forma de actuar siendo oposición o gobernando algunas comunidades autónomas. Señas de identidad reflejadas en el cinismo compulsivo, en los excesos verbales y en las aportaciones nulas o nocivas. Por si no lo saben, Aznar y Ayuso apoyan la huida de Ferrovial, la multinacional española de construcción e infraestructuras, y tachan a nuestro país de comunismo puro y duro. Fuga «comparable» a la carrera deportiva de Pau Gasol, que buscó mayor prosperidad.

El presidente de la empresa, en su papel de «patriota» ejemplar y empresario político, apoya a Feijóo y ya le prometió trabajar por una «España mejor y más próspera». Buena demostración al querer trasladar su sede y el negocio a los Países Bajos, donde pretende abonar menos impuestos después de crecer gracias a los contratos públicos. Ahí reside el agujero por el que la Unión Europea pierde 10 000 millones de euros anuales.

Nuestro salvador y líder gallego ha salido al paso velozmente, exigiendo que se legisle a la medida de esta empresa. ¡Lógico! ¿Qué gana yéndose Ferrovial? Pues que aquí gane lo mismo sin coger el petate y asunto arreglado. Y si no lo hace Pedro Sánchez, lo hará Feijóo si gobierna. No desperdicia ninguna ocasión para obtener puntos, aunque sea soltando simplezas en su labor de paladín de la justicia. A eso se apunta el ecuánime patrón de patrones, Antonio Garamendi, cuya CEOE recibe generosas subvenciones del Estado. ¿Existe el riesgo de un efecto contagio? ¿Cabe una vuelta atrás de esta compañía muy endeudada y con un presidente, Rafael del Pino, que es una de las grandes fortunas españolas? ¿Podría presumir el gran Feijóo de que Ferrovial no se larga ahora, si así fuese, por su celestial intervención?

Esta empresa fue prosperando, y la aportación de dinero público ha ido haciendo que avance. Se acogió a varios ERTE durante la pandemia. Y actualmente ahí está ejerciendo su militancia contra el Gobierno de coalición. ¿Esto es el libre mercado? No puede ser que Europa permita que haya «paraísos fiscales» en el continente. Así las cosas, Unidas Podemos presenta una proposición de ley para evitar deslocalizaciones de empresas receptoras de ayudas públicas. Este, por lo visto, es el clima antiempresa. Parte de los grandes beneficios de Ferrovial están cuestionados y ha recibido sanciones por vulnerar la libre competencia. Hay procesos judiciales suspendidos cautelarmente hasta que la Audiencia Nacional se pronuncie. ¿Pobrecitos los grandes empresarios, o pobrecitas las personas que no llegan a fin de mes?

La presidenta del Banco Central Europeo, la sospechosa lideresa «comunista» Christine Lagarde, niega otra vez la posibilidad de recesión en España y reclama que los agentes sociales se sienten a negociar una subida de salarios, especialmente los que tienen un más bajo nivel. Exigencias de ejemplaridad, sí. Núñez Feijóo y los suyos la requieren a otros por intereses partidistas, pero no se aplican la pomada a sí mismos.

Así llegamos a un nuevo 8M, Día Internacional de la Mujer, como forma de lucha por un mundo igualitario, libre de violencia machista y discriminación. Cultura de la paz e igualdad frente al negacionismo de algunos «modélicos» personajes dignos de elogio.