Picasso murió hace 50 años

Pablo Picasso, en su estudio de la villa de Notre-Dame-de-Vie, en Mougins (Francia), donde falleció el 8 de abril de 1973.

Pablo Picasso, en su estudio de la villa de Notre-Dame-de-Vie, en Mougins (Francia), donde falleció el 8 de abril de 1973.

Juan Giner Pastor

Juan Giner Pastor

Pablo Ruiz Picasso es considerado por muchos la máxima figura del arte del siglo XX y, desde luego, encarna perfectamente al artista comprometido con las nobles causas de su época y explorador perpetuo de nuevos caminos en los que desplegar su actividad, desarrollando una obra ingente por sus dimensiones, por su intensidad y por los variados acentos de la maestría desplegada, siempre en constante cambio. Hubo en Picasso permanentemente un impulso, hasta cierto punto cruel, que le empujaba a clausurar ciclos en plena inspiración.

Picasso no es tan solo un virtuoso de la forma, sino también un creador de mitos que han dado valor sobresaliente a lo bello y a lo feo, a la desesperación y a la alegría. Su fecundidad fue prodigiosa en casi todo cuanto hizo, pues es dibujante, pintor, aguafuertista, litógrafo, cartelista, escultor, ceramista, escenógrafo, escritor…

Por supuesto que hay una considerable gradación de calidades en su obra, pero no de intenciones. Incluso en sus producciones de menor logro, siempre hay un signo eminente, un gesto, un trazo, algo, en fin, que equivale a una firma viva y vigente: la de un artista en renovación continua comprometido con el tiempo que le tocó vivir.

Nació en Málaga el 25 de octubre de 1881, su padre, José Ruiz, era profesor de dibujo en la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo. En 1891, la familia se traslada a La Coruña, pues su padre había obtenido plaza de profesor en la Escuela de Bellas Artes y Pablo, con doce años expuso sus primeras obras, publicando caricaturas y dibujos. El año 1895 su padre obtuvo una cátedra en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, donde el joven Pablo fue admitido como alumno y cursó estudios durante dos años. Estudiante brillante y precoz, a la edad de catorce años Picasso superó rápidamente el examen de ingreso en la Llotja, histórica escuela de arte y diseño, realizando su primer gran lienzo académico, La primera comunión. En Barcelona residió unos nueve años y en 1897 presentó el lienzo Ciencia y caridad, una de las obras más representativas de su etapa de formación. En septiembre, marchó a Madrid para iniciar estudios en la Academia de San Fernando, pero pronto abandonó la Academia, pues sus encasilladas enseñanzas no le convencían. En febrero de 1899 estaba de vuelta en Barcelona, donde frecuentó la cervecería Els Quatre Gats, insignia de la bohemia modernista. En octubre de 1900 visitó París para asistir a la Exposición Universal. En París se instaló en el estudio de Isidre Nonell, artista catalán influido por el impresionismo, al que Picasso conocía del grupo Els Quatre Gats. La obra de Nonell junto a la de Toulouse-Lautrec, influyeron en gran medida en el estilo de Picasso de esta época. Y desde 1901 firmó sus obras solo como «Picasso», pues el apellido materno era mucho menos corriente que el Ruiz paterno. A finales de abril de 1901 regresó a Barcelona, donde expuso Mujer en azul. Se conoce como período azul de Picasso al que discurre aproximadamente entre 1901 hasta 1904: este nombre proviene del color que domina la gama cromática de las pinturas. Influenciado también por Van Goghy Gaguin, Picasso manifestaba la soledad de los personajes aislándolos en un entorno impreciso, con un uso casi exclusivo del azul durante un período superior a dos años, hecho que prácticamente carecía de precedentes en la historia del arte.

En abril de 1904 Picasso se instaló en el parisino barrio de Montmartre. Era un trabajador infatigable y la paleta y los temas de Picasso empezaron a cambiar; la pobreza y dureza de la vida de los artistas de circo y saltimbanquis aportaron un nuevo lirismo a sus cuadros en el paso de la época azul a la denominada época rosa, que se distingue por sus colores pastel y tonos cálidos, de líneas suaves y delicadas, con muchas referencias al mundo del circo, pintando arlequines, domadores y payasos.

Hacia final de 1906 se concentró en una serie de estudios y bocetos de desnudos para una composición de múltiples figuras con el burdel como tema, que culminaría en 1907 con la revolución de Las señoritas de Aviñón, que significó un nuevo punto de partida para Picasso, al eliminar las referencias a la tradición rompiendo con el realismo, abandonando los cánones de profundidad espacial y perspectiva, así como el ideal hasta entonces existente del cuerpo femenino, al reducir la obra a un conjunto de planos angulares, sin fondo delimitado ni perspectiva espacial, en el que las formas están marcadas por líneas claro-oscuras. Los tonos ocre-rojizos, característicos de su época rosa, se tornan agresivos por la crudeza del cuadro. Pero sus amigos no acababan de entender este nuevo estilo. Así el estudio de Picasso se convirtió en un centro de discusiones y debate, en el que Matisse y Picasso intercambiaron crítica y cuadros; Braque, pintor que Picasso había conocido ese mismo año, se mostró entusiasmado por el revolucionario cuadro, que fue el punto de partida desde el que los dos acabaron formulando el cubismo en 1908.

El cubismo, denominación dada por Matisse, es una inflexión radical en la historia del arte que inspiró al resto de vanguardias artísticas el abandono del ilusionismo pictórico, rechazando la descripción naturalista en beneficio de composiciones de formas abstraídas de la percepción convencional, jugando con la tridimensionalidad y la estructura de las superficies.

En julio de 1916 se produjo la primera exhibición al público de Las señoritas de Aviñón en el Salón de Otoño. Al igual que sucedía con el cubismo, la crítica fue bastante dura con una obra que no alcanzaban a comprender. Pero Picasso no dejaba de pintar y, al mismo tiempo, se multiplicaban sus relaciones amorosas… Además inicia su colaboración con los ballets rusos de Diágilev, diseñando decorados y alternando con Stravinsky y Cocteau.

En enero de 1937 fue invitado a realizar un gran mural para el pabellón de la Segunda República española de la Exposición Internacional de París. Picasso se mostró reacio en un principio, pero el bombardeo de Guernica por parte de la aviación alemana aliada de Franco, hizo que aceptara, inspirándose en este hecho para desarrollar el mural del pabellón de la Segunda República, y el 1 de mayo comenzó una de sus obras más famosas: Guernica, que fue expuesto en el Pabellón de España en la Exposición Internacional. El enorme cuadro simboliza todo el horror de la guerra y la tragedia de la muerte de muchas víctimas inocentes.

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, sus cuadros se volvieron más optimistas, más alegres, además en octubre de 1944 se incorporó al Partido Comunista Francés, el entorno de amistades de Picasso eran artistas e intelectuales comunistas, lo que marcó al menos una parte de su obra entre 1946 y 1953.

En 1949, como el emblema del I Congreso Mundial por la Paz en París, pintó su famosa Paloma de la paz, recibiendo el premio internacional de la paz en 1955.

Picasso era ya un mito viviente y muchos estaban pendientes de su obra, siempre sorprendente y renovadora, temerosos de lo que podía suceder y finalmente sucedió el 8 de abril de 1973 cuando, a la edad de noventa y un años, murió en su casa de Mougins, Francia.