Azorín

El escritor Azorín.

El escritor Azorín. / INFORMACIÓN

Juan Giner Pastor

Juan Giner Pastor

 El 8 de junio de 1873, hace 150 años, nació en la alicantina localidad de Monóvar José Augusto Trinidad Martínez Ruiz, ensayista, novelista, autor de teatro y crítico, conocido por el seudónimo de Azorín, siendo uno de los principales escritores que a comienzos del siglo XX luchó por el renacimiento de la literatura española y revivir los clásicos españoles. Él mismo bautizó a este grupo con el nombre de Generación del 98, convirtiéndose en su máximo representante. De familia acomodada y burguesa, fue el mayor de nueve hermanos y durante ocho años estudió bachillerato interno en el colegio de los Escolapios de Yecla. De 1888 a 1896 cursó derecho en Valencia, donde se interesó por los movimientos anarquistas e hizo sus primeras incursiones en el periodismo y la crítica. A esta época le corresponden varios ensayos políticos y varias traducciones del francés. Posteriormente, sus estudios le llevaron a Salamanca, Granada y, finalmente, a Madrid, donde comenzó a frecuentar círculos literarios y trató de abrirse camino en el periodismo de la época. Aquí publicó sus primeras novelas y, tras haber firmado entre otros apelativos como Fray José, Juan de Lis, Cándido, Ahrimán, Charivari y Este, adoptó en 1904 el seudónimo Azorín como definitivo para su obra, en la que trata de la eternidad y la continuidad, simbolizadas en las costumbres ancestrales de los campesinos. Poco después surge el otro gran tema: la realidad de España, en su paisaje, en sus ciudades, en sus personajes del hoy. Antonio Azorín es el protagonista de "La voluntad" (1902) y "Antonio Azorín" (1903). En "Las confesiones de un pequeño filósofo" aparece el mundo de su infancia; en "Los pueblos", el dolor y la ternura de la tierra española. 

A partir de 1905 el pensamiento y la literatura de Azorín están ya instalados en el conservadurismo. Comienza a colaborar en ABC y participó activamente en la vida política. Entre 1907 y 1919 fue cinco veces diputado cunero y en 1917 y 1919 subsecretario de Instrucción Pública. Crítico en sus primeros años con el sistema político de la Restauración, al que tenía por corrupto, pasó, con el tiempo, a integrarse en él. Tenía ya una larga trayectoria en la prensa madrileña cuando se incorporó al diario barcelonés La Vanguardia como crítico literario. Azorín, conspicuo representante de la cultura castellana, publicó, en este rotativo cerca de doscientos artículos entre 1914 y 1917. Y no es de extrañar, ya que, según los estudiosos, Barcelona fue la capital donde se impulsó y se dio a conocer la Generación del 98.

El directorio militar de Primo de Rivera (desde el 13 de septiembre de 1923 hasta el 28 de enero de 1930) enfrió la actividad pública de Azorín, quien se negó a aceptar cargos políticos de manos del dictador. 

En 1924 Azorín fue elegido miembro de la Real Academia Española y viajó incansablemente por España. Durante veinte años va escribiendo algunos de los libros más entrañables de la literatura española: "La ruta de Don Quijote", "España", "Lecturas españolas", "Castilla", "Clásicos y modernos", "Los valores literarios", "Al margen de los clásicos", "El licenciado Vidriera", "Rivas y Larra", "Un pueblecito: Riofrío de Ávila", "El paisaje de España visto por los españoles", "Fantasías y devaneos", "Los dos Luises y otros ensayos", "Don Juan", "De Granada a Castelar", "Una hora de España" y "Doña Inés". Su forma de escribir, muy peculiar, se caracteriza por el uso de una frase corta y de sintaxis simple, por la frecuencia de un léxico castizo y por las series de dos o tres adjetivos unidos por una coma.

Azorín siempre sintió también gran afición por el teatro; sin embargo sus obras no gozaron del favor popular. De su pluma saldrían Old Spain (1926), Brandy, mucho brandy (1927), Comedia del arte (1927) y la trilogía Lo invisible, vinculada a la estética del expresionismo, de la que forman parte La arañita en el espejo, El segador y Doctor Death, de 3 a 5, considerada por algunos críticos como su mejor producción dramática.

Cuando estalló la Guerra Civil huyó del Madrid del Frente Popular y con su esposa se refugió en Francia. Terminada la contienda, regresó a España y en 1946 se le otorgó la gran cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio. En 1966, fruto de su estancia en París durante Guerra Civil española, escribió el ensayo París, con sus impresiones sobre la capital francesa. 

En sus últimos años Azorín se mostró apasionado y asiduo espectador cinematográfico. Por su actividad articulista en el tema, el Círculo de Escritores Cinematográficos le concedió en 1950 la Medalla a la mejor labor literaria. El 5 de julio de 1963 fue nombrado hijo adoptivo de Alicante. El 2 de marzo de 1967 falleció en Madrid, en su domicilio del número 21 de la calle de Zorrilla, y fue enterrado en el Cementerio de San Isidro. Pero en 1990 sus restos y los de su esposa se trasladaron a Monóvar para ser inhumados en el Panteón familiar. El 8 de junio de 1873, hace 150 años, nació en la alicantina localidad de Monóvar José Augusto Trinidad Martínez Ruiz, ensayista, novelista, autor de teatro y crítico, conocido por el seudónimo de Azorín, siendo uno de los principales escritores que a comienzos del siglo XX luchó por el renacimiento de la literatura española y revivir los clásicos españoles. Él mismo bautizó a este grupo con el nombre de Generación del 98, convirtiéndose en su máximo representante. De familia acomodada y burguesa, fue el mayor de nueve hermanos y durante ocho años estudió bachillerato interno en el colegio de los Escolapios de Yecla. De 1888 a 1896 cursó derecho en Valencia, donde se interesó por los movimientos anarquistas e hizo sus primeras incursiones en el periodismo y la crítica. A esta época le corresponden varios ensayos políticos y varias traducciones del francés. Posteriormente, sus estudios le llevaron a Salamanca, Granada y, finalmente, a Madrid, donde comenzó a frecuentar círculos literarios y trató de abrirse camino en el periodismo de la época. Aquí publicó sus primeras novelas y, tras haber firmado entre otros apelativos como Fray José, Juan de Lis, Cándido, Ahrimán, Charivari y Este, adoptó en 1904 el seudónimo Azorín como definitivo para su obra, en la que trata de la eternidad y la continuidad, simbolizadas en las costumbres ancestrales de los campesinos. Poco después surge el otro gran tema: la realidad de España, en su paisaje, en sus ciudades, en sus personajes del hoy. Antonio Azorín es el protagonista de "La voluntad" (1902) y "Antonio Azorín" (1903). En "Las confesiones de un pequeño filósofo" aparece el mundo de su infancia; en "Los pueblos", el dolor y la ternura de la tierra española. 

A partir de 1905 el pensamiento y la literatura de Azorín están ya instalados en el conservadurismo. Comienza a colaborar en ABC y participó activamente en la vida política. Entre 1907 y 1919 fue cinco veces diputado cunero y en 1917 y 1919 subsecretario de Instrucción Pública. Crítico en sus primeros años con el sistema político de la Restauración, al que tenía por corrupto, pasó, con el tiempo, a integrarse en él. Tenía ya una larga trayectoria en la prensa madrileña cuando se incorporó al diario barcelonés La Vanguardia como crítico literario. Azorín, conspicuo representante de la cultura castellana, publicó, en este rotativo cerca de doscientos artículos entre 1914 y 1917. Y no es de extrañar, ya que, según los estudiosos, Barcelona fue la capital donde se impulsó y se dio a conocer la Generación del 98.

El directorio militar de Primo de Rivera (desde el 13 de septiembre de 1923 hasta el 28 de enero de 1930) enfrió la actividad pública de Azorín, quien se negó a aceptar cargos políticos de manos del dictador. 

En 1924 Azorín fue elegido miembro de la Real Academia Española y viajó incansablemente por España. Durante veinte años va escribiendo algunos de los libros más entrañables de la literatura española: "La ruta de Don Quijote", "España", "Lecturas españolas", "Castilla", "Clásicos y modernos", "Los valores literarios", "Al margen de los clásicos", "El licenciado Vidriera", "Rivas y Larra", "Un pueblecito: Riofrío de Ávila", "El paisaje de España visto por los españoles", "Fantasías y devaneos", "Los dos Luises y otros ensayos", "Don Juan", "De Granada a Castelar", "Una hora de España" y "Doña Inés". Su forma de escribir, muy peculiar, se caracteriza por el uso de una frase corta y de sintaxis simple, por la frecuencia de un léxico castizo y por las series de dos o tres adjetivos unidos por una coma.

Azorín siempre sintió también gran afición por el teatro; sin embargo sus obras no gozaron del favor popular. De su pluma saldrían Old Spain (1926), Brandy, mucho brandy (1927), Comedia del arte (1927) y la trilogía Lo invisible, vinculada a la estética del expresionismo, de la que forman parte La arañita en el espejo, El segador y Doctor Death, de 3 a 5, considerada por algunos críticos como su mejor producción dramática.

Cuando estalló la Guerra Civil huyó del Madrid del Frente Popular y con su esposa se refugió en Francia. Terminada la contienda, regresó a España y en 1946 se le otorgó la gran cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio. En 1966, fruto de su estancia en París durante Guerra Civil española, escribió el ensayo París, con sus impresiones sobre la capital francesa. 

En sus últimos años Azorín se mostró apasionado y asiduo espectador cinematográfico. Por su actividad articulista en el tema, el Círculo de Escritores Cinematográficos le concedió en 1950 la Medalla a la mejor labor literaria. El 5 de julio de 1963 fue nombrado hijo adoptivo de Alicante. El 2 de marzo de 1967 falleció en Madrid, en su domicilio del número 21 de la calle de Zorrilla, y fue enterrado en el Cementerio de San Isidro. Pero en 1990 sus restos y los de su esposa se trasladaron a Monóvar para ser inhumados en el Panteón familiar.