La tribuneta de junio

Tertulia de amigos del pintor Sánchez y Juan

«Dinosaurios y futuros dinosaurios» del arte en Elche, según Sánchez y Juan, y Llorens.

«Dinosaurios y futuros dinosaurios» del arte en Elche, según Sánchez y Juan, y Llorens. / JuanLlorens

Juan Llorens

Juan Llorens

En el punto álgido de escribir sobre la historia de nuestro arte local, siempre se ha ido detrás de una imagen que abarcara el mayor número de artistas de referencia del pasado inmediato: José Cañizares, Jerónimo Martínez, Sixto Marco, Alberto Agulló, Casto Mendiola, Andreu Castillejos, Pola Lledó, etc. y en la actualidad la imagen de los dinosaurios que todavía nos quedan: Tomás Almela, Sánchez Sanjuan, Sol Pérez, Sánchez y Juan, García Poveda, etc. Siendo siempre muy difícil conseguir en la misma foto un grupo suficientemente significativo.

Aún dentro de las mismas edades, resulta asombroso comprobar lo desperdigados que vamos en las representaciones de nuestras expresiones y comunicaciones, cada uno en su parcela de pensamiento, y lo complicado que resulta coincidir en las exposiciones de nuestros coetáneos. Si acaso, en las muestras antológicas y retrospectivas sí que se pueden ver algunos ejemplares de pastos lejanos que acuden al acto a modo de respeto y homenaje por el pobre colega que dedicó su vida al arte. En estas ocasiones es una maravilla contemplar la diversidad de la fauna artística y poder juntarlos en un encuadre.

Ha sido el pintor Fernando Sánchez y Juan quien ha resuelto estos intereses de una manera salomónica: el 10 de mayo de este año convocaba en su estudio-sala de exposiciones una reunión de los artistas ilicitanos que él mismo ha considerado dinosaurios y próximos sustitutos. Se trataba de conseguir una fotografía de contexto para las últimas páginas de la autobiografía que el artista está a punto de sacar a la luz.

Esta fotografía representativa del panorama plástico ilicitano, hecha con trípode y disparo automático, que se publica hoy en primicia en el periódico INFORMACIÓN, se debe al pintor García Poveda y muestra a los siguientes compañeros, de izquierda a derecha: Reiner Izquierdo, García Poveda, Salvador Maciá, Ramón Urbán, Antonia Sempere, Carmen García, Laura Guillén, Sánchez y Juan, Manolo Blasco, Tomás Almela, Juan Llorens, Dulce Quesada, Tonia Baeza, Francisco Díaz Tripiana, Carmen Pérez, Ángel Castaño, Ángela Meyerhans, Sánchez Sanjuan, Lola Martínez e Inma Vilches. A falta de los artistas invitados pero que no pudieron acudir: Antonio Pons, Pepe Ros, Marisol Pérez, Fran Rodri, Antonia Soler y Candi Correa.

A poco que reflexionemos, por la edad de los artistas que se divisan en la foto, estamos ante un auténtico documento histórico que representa una amplia franja de edad en los artistas y supone, implícitamente, sus variopintas concepciones de la pintura y la escultura a lo largo de su recorrido vital. Y, por supuesto, se podrán hacer otras fotografías representativas del arte de nuestros lares… Quedando todo preparado para empalmar con otras fotografías, que alguien hará, indicadoras de nuestro arte contemporáneo más emergente: artistas urbanos y creadores más multidisciplinares.

Ya hace tiempo que un grupo de amigos artistas venimos utilizando el local de la antigua tienda de material para bellas artes, Van Gogh, situada en la calle Porta Xiquica del Salvador, 14, para nuestras tertulias artísticas. En la actualidad, la extinta tienda es una exposición permanente de la obra pictórica del pintor Fernando Sánchez y Juan, su dueño, y que él mismo muestra en visitas concertadas a los posibles interesados.

La exposición de cuadros de nuestro dinosaurio más solitario e independiente abarca obras de todas las épocas de su trayectoria pictórica y supone una oportunidad única para asomarse a una línea de trabajo exclusiva y exquisita, fiel a sí misma y sin concesiones a las influencias de las modas y los cambios del tiempo. La extensa carrera del artista, octogenario ya, y su gran capacidad de trabajo defendiendo su marca de creación, harán de la visita un viaje único por el fascinante mundo de la pintura, en su belleza clásica y fenómenos plásticos de después del impresionismo. Tal vez la ocasión más amable para revisar los preceptos de Cézanne y la pintura «a planos» para conseguir los volúmenes de los objetos, a punto de llegar al cubismo, caracterizado por la descomposición de la realidad en figuras geométricas.

En definitiva, un bonito espacio para la bohemia y el romanticismo que todavía nos ronda. Con vinitos y panchitos. Marco incomparable para la impresionante fotaca que nos ocupa. Continuará…