"Doctor Aledo"

Pedro Rubira Marcos

Pedro Rubira Marcos / CARLOS RODRÍGUEZ

Ramón Espinosa

Ramón Espinosa

El pasado 10 de julio la familia de ASAJA Alicante sufrió un mal trago, el más amargo y difícil de digerir. A pesar de que todos sabíamos que estaba luchando contra una larga enfermedad, su positividad y ganas de recuperarse nos habían hecho contagiarnos de esa esperanza que él mismo desprendía, por lo que la desolación por su pérdida fue un golpe muy duro que nos sumió en la más absoluta tristeza cuando recibimos la noticia durante la mañana de aquel caluroso lunes. Los caprichos de la vida (y de la muerte) dictaron su ley y yo, que hablaba con él al menos un par de veces por semana, me quedé con la espinita de no haber tenido la oportunidad de despedirme como me hubiese gustado, de darle las gracias por todo lo que nos ha enseñado, de decirle que ha demostrado como pocos una soberbia valentía y firmeza en sus reivindicaciones. Por negociar como nadie, por ser santo y seña de esta asociación y por ser un gran maestro no solo en el ámbito profesional, sino también en lo personal.

Pedro ha sido un auténtico guerrero que se supo ganar el cariño de todos, incluso de sus adversarios, incluso de aquellos a los que iban dirigidas sus críticas. Y eso, amigo, es digno de admirar. Aunque su pérdida nos deja un profundo dolor, estoy convencido de que este se irá convirtiendo en una hoja de ruta que tenemos la convicción de seguir, pues tanto esfuerzo no se puede ni se debe quedar en vano. Desde ASAJA vamos a esforzarnos para que ese legado siga intacto y como no, para que esa uva de mesa del valle del Vinalopó que le vio nacer y a la que siempre defendió con orgullo y valentía siga teniendo el apoyo y la promoción que se merece.

Pedro Rubira era miembro de la junta directiva de ASAJA Alicante desde hace catorce años y en los últimos seis ejerció como presidente de nuestra sectorial de uva de mesa. Anécdotas tengo muchas, pero nunca se me olvidará el día que tuvimos la suerte de conocernos. Fue en una reunión en el Ayuntamiento de Novelda, con el concejal de Agricultura de entonces, José Luis López. Tras finalizar el encuentro y en plena calle, mi compañero Antonio Gascón y yo lo fichamos, le hicimos socio con una copia que tenía de su DNI y al despedirse, nos miró y nos dijo sin titubear que a lo mejor nos arrepentíamos porque él cuando estaba en un sitio era “para pelear y para luchar”. Toda una declaración de intenciones que desde luego cumplió con creces.

La sintonía entre ASAJA y Pedro fue inmediata y enseguida destacó como líder de nuestro sector dentro de su comarca. Durante el tiempo que tuvimos el placer de disfrutar de su compañía se convirtió por mérito propio en un ejemplo de trabajo, lealtad, dinamismo, valentía y compromiso, valores que le llevaron a conseguir una serie de hitos como la eliminación de la famosa fórmula de Agroseguro que penalizaba a los agricultores asegurados de uva de mesa y que fuimos capaces de llevar al Ministerio a partir de movilizaciones que resultaron decisivas para convencer al ministro Miguel Arias Cañete, la creación de un concurso para fomentar la práctica del embolsado que llegó a acumular cinco ediciones con gran éxito, la incorporación de los daños de botrytis en el seguro de uva de mesa, la puesta en marcha de la sectorial y la feria de la uva de Novelda. Aunque, sin duda, el reconocimiento más importante le llegó tras poner en valor otra de sus grandes virtudes, la generosidad y capacidad para ayudar a los demás. En plena pandemia, cuando nadie podía salir a la calle, Pedro Rubira coordinó a un grupo de agricultores para sacar las cubas y atomizadores por las calles céntricas del pueblo a fin de desinfectar y atenuar los contactos del Covid-19. Esta muestra de altruismo le valió el reconocimiento del Diario Información que en el año 2021 le entregó el PREMIO IMPORTANTE por su solidaridad cuando imperaba la incertidumbre y el temor.

En estos momentos, las muestras de afecto y reconocimiento se quedan cortas. Estamos afligidos porque el “Doctor Aledo”, como le llamaban cariñosamente por su defensa de esa variedad de uva, se nos ha ido demasiado pronto, pero a la vez tranquilos porque sabemos que se marcha con los deberes hechos, habiéndolo dado todo por la defensa y representación de los agricultores. Tus ganas y tesón te han vaciado, pues has trabajado día y noche sin ahorrar una gota de sudor en el camino. A veces las cosas no han salido como esperábamos, y es verdad que los problemas en el campo siguen vivos. Pero quiero transmitirle a todo aquel que tuvo la gran suerte de conocerte que nos has ayudado a avanzar y que ha sido un gran placer conocerte y compartir contigo todo el tiempo que la vida ha decidido que nuestros caminos vibraran al mismo son. Toda despedida se queda corta en comparación a lo mucho que nos has dado. Descansa en paz y hasta siempre, estimado amigo.