¿Homicidio vial o imprudencia en la carretera?

Accidente de tráfico en una imagen de archivo

Accidente de tráfico en una imagen de archivo

Vicente Magro

Vicente Magro

Uno de los dramas que están viviendo muchos ciudadanos es cuando han perdido a un familiar en lo que se suele llamar “accidente en carretera”, pero que, en realidad, no se trata de un accidente, sino que ha sido a causa de una actuación culpable de una persona que ha salido a la carretera bajo la influencia de alcohol o drogas y que es por esta causa por la que ha colisionado con alguien, o ha atropellado a ciclistas, o a peatones, se ha producido la muerte de estas personas. ¿Homicidio vial o accidente?

Viene esto a cuento porque participé recientemente como ponente el pasado 16 de Octubre en unas jornadas formativas celebradas en la sede del Ilustre colegio de abogados de Madrid organizada por la asociación de víctimas de accidentes de tráfico Stop accidentes en unas jornadas donde, de nuevo, se volvieron a poner el acento en las extraordinarias cifras de mortalidad en carretera que existen en nuestro país, pese al tremendo esfuerzo de todos por reducir la tasa de accidentes y bajar el número de muertes en carretera que nos golpea cada año cuando la DGT hace la estadística anual y comprobamos la cifra de muertos y heridos graves con secuelas. Así, según la DGT en el año 2022 se produjeron 1.042 siniestros mortales en las carreteras españolas en los que fallecieron 1.145 personas y otras 4.008 resultaron heridas graves. Estas cifras representan 44 fallecidos más (+4 %) y 425 heridos graves menos (-10 %) que en 2019, año de referencia y previo a la pandemia.

Pues bien, en esas jornadas asistieron muchos padres y madres que se han quedado sin hijos o hijas. Que han sentido en sus cuerpos el dolor de ver premorir a un hijo/a y el tremendo dolor de unos progenitores a los que les han quitado de su vida a un hijo al que vieron nacer y al que criaron. Y en estos casos este tipo de dolor solo se puede sentir y medir si lo compruebas en primera persona, o escuchas de sus palabras a un padre o a una madre contarte el dolor que sienten, aunque sean muchos o pocos los años que han pasado desde aquél fatídico día en el que una persona mató a su hijo/a al frente de un volante al conducir bajo los efectos del alcohol, las drogas, con velocidad excesiva o hacerlo sin carnet.

La reivindicación que se llevó a cabo en estas jornadas expuesta por su presidenta Ana Novella va dirigida a que se sustituya la consideración de imprudencia grave por la de un nuevo delito de homicidio vial doloso por concurrencia de dolo eventual cuando se conduzca un vehículo de motor, o ciclomotor, bajo la influencia del alcohol, drogas, exceso de velocidad, o sin haber tenido nunca permiso de conducir. Y ello, mediante el descarte de la tesis del homicidio imprudente, pasando a considerarlo como un homicidio doloso por la creación de un tipo penal ex novo que viniera a crear este delito de nueva creación para estos casos como ya están planteando en Francia.

De esta manera, Francia acaba de apostar por esta idea o modelo, y, así, el pasado 20 de Julio los medios de comunicación en nuestro país se hacían eco de una interesante y novedosa noticia que señalaba que el Gobierno francés tiene intención de crear un delito de homicidio de carretera, que se aplicará en los mismos casos en que ahora se impone el homicidio involuntario causado por un vehículo, pero sin modificar las penas, que pueden llegar a 10 años de cárcel y 150.000 euros de multa.

Ahora mismo en España una imprudencia grave con resultado de muerte en carretera lleva pena de 1 a 4 años de prisión. Francia e Italia huyen para estos casos del concepto de “imprudencia” y entienden que quien se pone en esa situación de consumo de alcohol o drogas, o a exceso de velocidad o conduciendo sin permiso no se debería tratar de una mera imprudencia.

Por ello, Francia prevé para estos casos que la pena pueda llegar hasta 10 años de prisión castigándolo bajo una nueva figura de “homicidio vial” que se adecúa más a la conducta de quien se pone al frente de un volante bajo estas condiciones y causa la muerte de alguien. Se trata, pues, de ajustar la respuesta del Estado de derecho a hechos que se repiten con frecuencia y rompen a familias enteras entendiendo el modelo francés e italiano esto no son meras imprudencias en la circulación.