280 años de urbanismo en Sant Vicent del Raspeig

El urbanismo en Sant Vicent del Raspeig cumple hoy 280 años

El urbanismo en Sant Vicent del Raspeig cumple hoy 280 años / Pilar Cortés

Francisco Canals Beviá

Francisco Canals Beviá

En este mes de febrero, concretamente el día 10, se cumplen 280 años de la aprobación de la primera norma urbanística que se aplicó en lo que hoy es Sant Vicent del Raspeig. Ese día referido de 1.744, el Ayuntamiento de Alicante comisionó a dos de sus regidores para amojonar y deslindar el terreno adyacente a la Iglesia, autorizando las primeras viviendas. Lo que significó el inicio del caserío de Sant Vicent, origen del actual municipio.

Dicho acuerdo sienta las bases del primer urbanismo sanvicentero. Y es la primera vez que se puede hablar de urbanismo en Sant Vicent, entendido éste como ciencia de ordenación racional de una urbe.  La estructura formada por el templo parroquial y la anexa “Casa del Cura” es el elemento que va a definir la ordenación del nuevo caserío, conformando la alineación de las primeras calles.

La efemérides cobra actualidad si analizamos los últimos cambios habidos o previstos en la evolución urbanística y, particularmente, demográfica sanvicentera. En lo que va de siglo, el municipio ha experimentado un crecimiento poblacional desde los 37.484 habitantes de 1999 hasta los 60.000 de la actualidad; es decir, un sesenta por ciento. Un crecimiento obviamente desproporcionado, y más al no estar acompañado por un similar incremento de su base económica.

Cuando una variable experimenta un gran incremento que no es acompañado por el mismo incremento o similar de otras variables, nos lleva a una situación de desequilibrio, y, sobre todo, a medio plazo. Y entonces la cuestión es que la variable demográfica sanvicentera ha experimentado un gran incremento, mientras que las demás variables económicas locales no han experimentado la misma evolución, o en muchos casos han disminuido.

¿Cuál es la base económica local? Y más si la comparamos con la de hace unos veinticinco años, donde con un tercio de población el número de empleos que ofrecía esa base económica era muy superior al actual (incluyendo ya la Universidad). Crece la población, no la economía local, la cual baja. Y recordar que no debemos asimilar crecimiento con desarrollo, son conceptos distintos aunque a veces se puedan llegar a confundir

En definitiva, el incremento desproporcionado de la demografía en relación con las actividades económicas locales es un factor de desequilibrio, o dicho de otra manera, la población crece porque el municipio se ha convertido, y se convierte cada vez más, en la ciudad dormitorio, no sólo de L’ Alacantí, sino de toda el área comprendida entre Benidorm y Torrevieja. Todo ello desmontaría discursos triunfalistas.

Si lo más que nos pueda interesar es crecer en población, sin tener en cuenta las demás variables económicas expuestas, y siendo una ciudad dormitorio-suburbial cada vez “más importante” nada hay que objetar. Pero, si por el contrario queremos que el municipio sanvicentero sea ciudad equilibrada-polivalente, con un modelo económico y, por tanto urbanístico, diversificado y variado, y no una “ciudad dormitorio”. Todo ello pasa, obviamente, por una racionalización del número de viviendas previstas, con un incremento de los espacios susceptibles de actividades económicas. El mantener las zonas industriales (particularmente dar un uso y revitalizar el área de la antigua Fábrica de Cementos: 150.000 m2, en el centro del área metropolitana Alicante-Elche, cercado por autovías y una vía férrea, con apeadero; en pleno Arco Mediterráneo). No incrementar las zonas urbanas, estableciendo un plan de usos para la zona rústica. Delimitar la zona noroeste del término como “paraje natural”. Y definir en qué lugares no se pueden instalar parques solares; promoviéndolos en el resto del término.

Hace ahora 280 años, el modelo urbanístico era construir un caserío, como centro de servicios de una partida rural inmersa en un proceso de desarrollo agrario. En la actualidad ese caserío original, en medio de una crisis económica sistémica, debe definir un modelo urbanístico para los próximos años y generaciones; optando por un modelo económico equilibrado y sostenible. Nos consta la preocupación de la Corporación por estas cuestiones, tarea en la que les deseamos éxito.