Opinión

Prioridades y abandonos municipales

Marina cuelga uno de los carteles que ha hecho en un portal de Alicante.

Marina cuelga uno de los carteles que ha hecho en un portal de Alicante. / ALEX DOMÍNGUEZ

Hace pocos días, las páginas de este periódico recogían un reportaje repleto de humanidad en el que se hacían eco de la petición de Marina, una mujer de 69 años vecina de Alicante, que había decidido poner carteles por las calles para tratar de encontrar personas con las que poder salir, charlar y tomar un café. La información daba cuenta de uno de esos problemas de tanta gente corriente que no suelen encontrar espacio en los medios de comunicación, la soledad no elegida. Y es que para tantas personas mayores poder salir de casa, relacionarse con otros y llenar sus vidas de cosas satisfactorias es fundamental para su bienestar, su felicidad y hasta su salud.

La sinceridad y naturalidad con que Marina explicaba a la redactora la importancia que para ella tenía salir de paseo, bailar, charlar y poder tomar un café con otras personas de su misma edad constituía toda una lección sobre las necesidades básicas de nuestras ciudades que no son cubiertas en aspectos tan esenciales de la vida. Hasta el punto de que esta mujer llegaba a reconocer que, a veces, cogía el TRAM hasta Benidorm para que el tiempo pasara y dar una vuelta por esta ciudad turística repleta de gente. Dicho de otra forma, una vecina de Alicante se tiene que ir hasta Benidorm para encontrar lo que Alicante no le da, porque ni en su barrio, ni en sus alrededores hay lugares de encuentro para personas mayores. Pero, ¿cuántos otros casos como Marina habrá en Alicante? Me temo que demasiados.

Ahí tienen, por ejemplo, las movilizaciones de los vecinos de Benalúaque desde hace años se manifiestan pidiendo un centro social, con sus concentraciones semanales en la plaza Navarro Rodrigo, porque muchos de ellos, especialmente los mayores, no tienen donde acudir para compartir un café, resguardarse del frío y del calor o tener un centro de día con servicios básicos para ellos.

Y es que el tiempo pasa mientras nuestra ciudad avanza como pollo sin cabeza, de espaldas a las necesidades de tantos vecinos en cuestiones fundamentales en los equipamientos, servicios e infraestructuras esenciales para su vida. Mientras los colegios públicos acumulan un abandono deliberado que los lleva a su progresiva degradación, los equipamientos deportivos son insuficientes, estando deteriorados y con un deficiente mantenimiento en aspectos básicos para su funcionamiento, sin centros culturales, sociales, juveniles o de encuentro en tantos y tantos barrios a pesar de contar, algunos de ellos, con edificios municipales cerrados desde hace tiempo.

Mientras nuestro alcalde, Luis Barcala y su grupo político del Partido Popular llenan los plenos municipales de declaraciones institucionales contra la amnistía, el gobierno de Pedro Sánchez y hasta el nuevo gobierno municipal de Pamplona, los vecinos tienen que marcharse a otros municipios a encontrar lo que el ayuntamiento no les da o manifestarse desde hace años ante la pasividad y el rechazo de su Ayuntamiento a sus razonables peticiones.

Sin embargo, las demandas de empresarios, inversores o fondos especulativos cuentan, rápidamente, con el apoyo del gobierno local del PP, por estrambóticas o contrarias a los intereses generales de la ciudad que sean. Ahí tienen, si no, el anuncio de la modificación parcial del Plan General para permitir a empresarios de pisos turísticos que puedan utilizar, también, los sótanos en sus negocios de alquiler. Ninguna entidad ciudadana, vecinal o social ha realizado reclamación alguna en este sentido. Muy al contrario, desde muchos sectores y especialistas se está reclamando un estudio amplio y detallado sobre los efectos de la proliferación de alquileres turísticos por sus impactos negativos para la ciudad y sus vecinos en aspectos que ya son palpables. Pero nuestro alcalde, en respuesta a la petición de algún empresario, se lanza a anunciar esta nueva chapuza completamente descontextualizada de una planificación, diagnóstico o estudio.

Hace pocos días, la concejala de Turismo de nuestro Ayuntamiento declaraba que habilitar un espacio para el turismo de caravanas “no está entre las prioridades del equipo de gobierno” del Partido Popular. Recordemos que esta infraestructura, a la que se dedicaron más de doscientos mil euros, fue inaugurada en Playa de San Juan en el año 2017, con gran éxito, siendo eliminada en 2022 para permitir la instalación del Circo del Sol en ese espacio. Una vez más, el negocio privado antepuesto a las necesidades colectivas, con el resultado de que una ciudad turística como Alicante carece de una infraestructura para un nicho de turismo importante, que ahora aparca de mala manera donde puede, con la mala imagen que ello proyecta.

Pero la pregunta clave es saber cuáles son las prioridades de este equipo de gobierno municipal, si realmente existen, porque recordemos que el PP que gobierna la ciudad concurrió a las pasadas elecciones municipales sin difundir un programa municipal y con propuestas en octavillas tan apasionantes como “mantener las aceras y calzadas”.

Esta es una de las señas de identidad del alcalde Barcala, además de ese carácter autoritario y poco dialogante. Actuar de espaldas a las peticiones de los vecinos mientras apoya, impulsa y trabaja denodadamente a favor de los negocios e intereses privados, al margen de cualquier proceso de planificación y estudio sobre las necesidades estratégicas a medio y largo plazo frente a tantos desafíos como los que tenemos por delante.