Marina, una mujer de 69 años que busca amigas con las que ir a bailar en Alicante: "Soy muy activa, no me acostumbro a estar en casa sola"

Una vecina de Colonia Requena coloca carteles por barrios de la ciudad para conocer a personas con las que salir a bailar, tomar café y hacerse compañía

Marina, una mujer de 69 años de Colonia Requena que busca hacer nuevas amistades.

Marina, una mujer de 69 años de Colonia Requena que busca hacer nuevas amistades. / ALEX DOMÍNGUEZ

Lydia Ferrándiz

Lydia Ferrándiz

"Estar sola es mi pan de cada día". Marina Estébanez es una mujer de 69 años vecina del alicantino barrio Colonia Requena que está cansada de pasar sola sus días de jubilada. Para poner fin a esta situación, ha decidido pasar a la acción y colocar en las calles de ciudad de Alicante carteles manuscritos con un mensaje claro: "Hola, me llamo Marina, tengo 69 años y estoy sola. Me gustaría encontrar alguna amiga para salir de paseo o bailar cuando se pueda", al que ha adjuntado su número de teléfono.

"El cartel lo hice con ayuda de mi nuera, que fue la que ayudó a colgarlo y a ponerlo en redes sociales porque yo sola ahí no me manejo", explica Marina, quien añade: "Pensé que hacer estos carteles era una buena manera de conocer gente ahora que estoy sola porque si no iba a consumirme".

Madrileña de nacimiento, Marina llego hace más de treinta años a Alicante. Hace seis años se quedó viuda y, tras superar el duelo, hizo un grupo de amigas también viudas aunque, después de muchos bailes juntas, ahora la vida las ha separado. "Mis amigas conocieron a unos señores y, aunque me dijeron que podíamos seguir yendo a pasear juntas, creo que no pinto nada entre parejas. Eso no quita que de vez en cuando vaya con ellas a tomar un café, pero no es como antes que íbamos mucho a bailar y a comprar las tres. Al final del día sigo estando sola", lamenta la mujer.

Un día habitual en la vida de esta vecina de Colonia Requena comienza a las ocho de la mañana. Se toma un café y para distraerse coge el TRAM a Benidorm. "Me voy sola, porque me aburro, y por lo menos se me pasa el rato en lo que dura el trayecto. Cuando llego doy una vuelta por la ciudad, siempre hay mucha gente y muchas tiendas y no te sientes tan sola cuando paseas por sus calles, pero preferiría hacerlo acompañada de personas que sean mis amigas. Después cojo el tren de vuelta y algunos días, si me siento muy animada, voy al cine", relata Estébanez.

Entre los que le hacen compañía se encuentran sus dos nietos, que cada miércoles comen con ella. "Esta semana hemos comido filete con patatas y huevo frito, normalmente tengo que hacer mucha cantidad porque son grandes y a esas edades los chicos comen muchísimo, pero es una alegría que vengan. Los sábados y los domingos cuento con la compañía de mis hijos que vienen a visitarme, pero yo quiero valerme por mí misma y no depender de mi familia para pasármelo bien", asegura Marina.

Los carteles han sido la forma con la que esta vecina de Colonia Requena ha intentado salir de la soledad para encontrar pareja de baile y amigas con la que compartir cafés, películas y viajes en TRAM. "Puse mi edad y que quería encontrar amigas para dar una vuelta, pero no me ha llamado mucha gente, alguna chica muy joven que creo que tienen buenas intenciones, pero claro, que hago yo yendo a tomar café con una chica de 40 años, no tenemos las mismas experiencias y yo lo que necesito es conocer a una persona de mi edad", añade Marina, quien quiere aprovechar la vida, sin dejar pasar el tiempo: "No sé ya lo que me queda, no me acostumbro a vivir así y a estar sola en casa siempre he sido una mujer muy activa, que ha recorrido el mundo y que no ha parado quieta ni un segundo. No todos los días son de paseo o de ir a Benidorm. Me gustaría tener compañía, salir con mis amigas, no quiero salir a bailar sola porque es más aburrido y la gente te mira raro. Cuando alguien menciona a Dios, pienso que me tiene olvidada, ese es mi dolor".

Marina cuelga uno de los carteles que ha hecho en un portal de Alicante.

Marina cuelga uno de los carteles que ha hecho en un portal de Alicante. / ALEX DOMÍNGUEZ

Solos en la tercera edad

La soledad no deseada en la tercera edad es uno de los principales problemas de la sociedad que ya afecta a casi la mitad de los alicantinos que tienen más de 85 años. Desde una perspectiva sociológica, la soledad es un estado emocional en el que una persona se siente aislada o desconectada de su entorno o de los demás. Este sentimiento hace que las personas se sientan desplazadas de la sociedad a la que pertenecen y puede llegar a afectar tanto física como mentalmente a las personas que la padecen.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2023, se estima que en Alicante más de 85.000 personas de más de 65 años de edad viven solas, sin parejas y sin hijos en el hogar. Es destacable que de esta cifra, el 70% de los alicantinos que viven en soledad son mujeres, una situación que merece ser abordada con urgencia.

Desde la Universidad de Alicante, la socióloga e investigadora Diana Jareño asegura que "es muy importante distinguir entre soledad elegida y soledad no deseada, especialmente en la tercera edad". Jareño enfatiza en que "la soledad no deseada puede tener consecuencias significativas tanto en la salud física como mental de las personas mayores, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares y afectando el bienestar emocional".

La investigadora destaca que hay varios factores que influyen en el aumento del sentimiento de soledad en la población alicantina, entre los que se encuentran el crecimiento de la ciudad, el uso excesivo de la tecnología o la pérdida de conexiones comunitarias y familiares tradicionales. "A nivel mental, la soledad puede exacerbar problemas como el estrés, los trastornos del sueño, la depresión y la ansiedad, afectando profundamente el bienestar emocional y la calidad de vida de los mayores. Estas cuestiones no solo disminuyen la capacidad de disfrutar de la vida diaria, sino que también pueden complicar el manejo de condiciones de salud física, haciendo que los cuidados de sí mismos sean más difíciles", indica la socióloga Jareño.

En este contexto, la socióloga apuesta por la implementación de políticas públicas a nivel local y la promoción de una educación intergeneracional como medidas clave para abordar la soledad en la tercera edad. Dar a conocer entre la población que existe un envejecimiento activo y saludable también es, según los expertos, una estrategia fundamental para mejorar la calidad de vida de las personas mayores y combatir la soledad no deseada en la sociedad contemporánea.