Opinión

La prevención del acoso sexual

Las mujeres sufren tres veces más acoso sexual en el trabajo que los hombres.

Las mujeres sufren tres veces más acoso sexual en el trabajo que los hombres.

Pocas conductas implican mayor capacidad de control y dominación que las que conllevan actos de acoso, sean del tipo que sean. Porque el acoso, sea laboral, en la violencia de género cuando se acosa a una ex pareja para que vuelva con quien aquella rompió su relación, o para que no la rompa, el acoso para iniciar una relación con una persona que no quiere tenerla con su acosador, el acoso en la escuela, en los centros médicos, y el acoso sexual entre otros son formas y manifestaciones acerca de querer vencer la negativa de una persona a aceptar que las cosas se hagan como lo quiere otra, y se niega a aceptar una situación concreta no consentida por ella.

El acoso en sí mismo considerado es un acto tendente a conseguir vencer una resistencia de otra persona que no quiere aceptar un vínculo de relación con otra, o a que la otra imponga su voluntad y capacidad de decisión. Supone un ejercicio de coerción que puede ser psicológica y física, o solo una de estas manifestaciones, y que es un ilícito penal castigado en distintos preceptos de código penal según sea la modalidad de acoso, y, además, con penas importantes, porque el Estado de derecho no puede permitir ni consentir que las personas utilicen mecanismos de violencia o intimidación para vencer la voluntad de otros para ceder a las pretensiones de una persona.

Pues bien, una de las manifestaciones más graves del acoso es el sexual, en donde se ejercen actos tendentes a conseguir ese ataque a la libertad sexual de las personas para que la persona acosada ceda a las pretensiones de otra, y esta forma de acoso tiene una de sus manifestaciones más pronunciadas en los centros de trabajo, donde existe una mayor facilidad para llevar a cabo esos actos de acoso porque la víctima no puede salir durante un tiempo de un lugar en concreto por tener que cumplir un horario de trabajo y se ve sometida a todo tipo de insinuaciones y proposiciones de contenido sexual que no tiene obligación de soportar.

Para evitar estos actos de acoso sexual en el trabajo es preciso recordar que hoy en día existe la obligación en todos los centros y organizaciones de poner en marcha en sus programas de cumplimiento normativo programas d evitación y prevención del acoso sexual. Y no se trata de algo voluntario, sino obligatorio, porque la prevención es la forma más rápida para acabar con este problema y con otros, al punto de que si se lleva a cabo correctamente existirán menos víctimas, al no encontrar el posible acosador un caldo de cultivo abierto para llevar sus actos de acoso sexual si es conocedor de que hay designado un delegado en la prevención del acoso sexual, y se ha fijado un punto en concreto para tener dispuesto un canal de denuncias anónimo donde poder comunicar a los responsables del centro que se han producido actos de acoso sexual.

De esta manera, si el posible acosador comprueba que hay un cerco perfectamente orquestado y definido para combatir el acoso sexual desistirá de forma anticipada en la conducta que pretendía llevar a cabo contra su víctima, y ésta no acabará siéndolo. Por ello, lo importante con la prevención del acoso sexual es, precisamente, evitar que existan víctimas.

Se ha definido el acoso sexual como “la situación en que se produce cualquier comportamiento verbal, no verbal o físico no deseado de índole sexual con el propósito o el efecto de atentar contra la dignidad de una persona, en particular cuando se crea un entorno intimidatorio, hostil, degradante, humillante u ofensivo”. Y para evitarlo se deben implantar en las organizaciones un protocolo de actuación contra los actos de acoso sexual para que se conozca que no se debe actuar de esa manera contra las personas que trabajan en el seno de esa organización y que si se actúa la propia víctima, o cualquier persona que conozca del hecho podrá denunciar el mismo, incluso de forma anónima, denunciando al acosador, lo cual es conocido por este que se puede hacer, con lo que, como exponemos, desiste de forma anticipada de llevar a cabo esas conductas.

En un informe publicado por la Delegación del Gobierno contra la violencia de género se recoge que la máxima precariedad laboral, que es trabajar sin contrato, disparaba las cifras de acoso sexual hasta el punto de que más de una cuarta parte de las trabajadoras sin contrato laboral (27,1%) habían sufrido alguna forma de acoso. Por ello, es preciso el control y la prevención en el ámbito laboral y evitemos que la grave manifestación del acoso sexual sea sufrido por las víctimas y se dificulte ello por sus posibles autores.