Opinión | Tribuna

El Vendedor de Humo

El Vendedor de Humo

El Vendedor de Humo / DanielSáezBuedo

La expresión «vendedor de humo» se utiliza para referirse a una persona que promete mucho pero no cumple lo que promete, o que intenta convencer a otros de la validez de algo que no tiene valor real. Es decir, se trata de alguien que engaña o exagera para ganar la confianza o el dinero de los demás sin tener la capacidad o intención de entregar resultados reales. Es una expresión que se usa a menudo en contextos donde alguien está tratando de impresionar o engañar a otros con palabras, ideas o promesas vacías, en lugar de con hechos y acciones concretas.

También es la expresión que me vino a la mente cuando oí a Pablo Ruz vanagloriarse y ponerse medallitas a partir del estudio que Ecologistas en Acción (la confederación de asociaciones ecologistas españolas de la que Margalló es parte) realiza sobre diversos contaminantes presentes en el aire de las ciudades en España. Un estudio que, según un felicísimo Pablo Ruz, reivindicaba las políticas sobre el medioambiente, urbanismo y movilidad que su gobierno lleva perpetrando desde mediados del año pasado.

Pero o Pablo Ruz en realidad no se ha leído el estudio y, por tanto, no lo ha entendido, o le ha dado igual lo que este dice, y ha decidido vendernos el humo. Literalmente.

En primer lugar, porque este estudio se hizo público a mediados de 2023, recogiendo los datos de casi 800 estaciones fijas repartidas por toda España... Durante el año 2022. Como resulta que los ilicitanos no le dieron la confianza para ser alcalde a Pablo Ruz hasta mayo de 2023, es imposible que este estudio reivindique nada de lo que haya realizado el señor Ruz en su breve periodo cómo alcalde ilicitano.

Pero es que además tampoco hay mucho de lo que felicitarse. Lo que en realidad viene a decir el estudio, como mucho, es que, en el país de los ciegos, el tuerto es el rey. En este caso, varios tuertos (las ciudades de Elche, Alicante, Vitoria y Las Palmas de Gran Canaria) que, a diferencia del resto de las 20 grandes ciudades presentes en el estudio, tienen un parámetro importante en el que no superan los límites legales actualmente.

Un parámetro, el de dióxido de nitrógeno. En el otro parámetro importante, el de las partículas menores de 2,5 micras, suspenden como todas las demás ciudades. Pero es que, además, somos unos tuertos con problemas de miopía y cataratas, porque, aunque en el parámetro de dióxido de nitrógeno se cumple la legalidad actual, se supera con creces el límite recomendado por la OMS (Organización Mundial de la Salud), que es el que deberíamos tener en cuenta para disfrutar de una ciudad sin humos perjudiciales para nuestra salud.

Hay que recordar que la contaminación en las ciudades provoca cada año, solo en España, decenas de miles de muertos prematuros, que pasan desapercibidos. En general, la contaminación no viene con un mazo y te mata instantáneamente, sino que la vamos respirando continuamente sin ser conscientes, y se va acumulando en nuestros pulmones y en el resto de nuestro organismo. Provoca enfermedades, empeora otras que podamos tener ya, y en general hace que vivamos menos años y con peor calidad de vida de lo que podríamos si viviéramos en una ciudad con aire más limpio.

Por tanto, el estudio no felicita a Elche (aunque esté un poco mejor que otras ciudades de España), sino que la incluye de forma explícita entre las ciudades que tienen que tomar medidas para mejorar la calidad del aire que respiramos sus ciudadanos. Pero lo mejor de todo es que... ¡No es tan difícil! El mismo estudio que Pablo Ruz no parece haberse leído indica las medidas que se podrían tomar para mejorar la calidad. Este estudio se hace anualmente desde 2005 y podemos ver la evolución de la contaminación en las ciudades, según se van tomando medidas (o no) para mejorar la salud de nuestra atmósfera cercana.

Desgraciadamente, durante el año 2020 sufrimos el «experimento natural» del confinamiento y las posteriores restricciones de movilidad. Es algo que fue muy traumático y tuvo que hacerse de urgencia por motivos terribles, pero como efecto secundario ha permitido estudiar cómo cambian nuestras ciudades cuando disminuimos el tráfico. Y todos pudimos ver lo rápido que mejoraron los índices de contaminación. Asimismo, las decisiones en forma de carriles bici provisionales, peatonalizar y disminuir el tráfico rodado, también se dejaron notar tras el confinamiento. Además el estudio también detalla cómo en los sitios donde esas medidas han decaído se han recuperado rápidamente los niveles de contaminación anteriores a 2020.

Y resulta curioso como Pablo Ruz utiliza un estudio que le está diciendo que haga más y mejores carriles bici (en lugar de destruirlos, cómo hizo nada más debutar cómo alcalde), que ponga en marcha y consolide Zonas de Bajas Emisiones (en lugar de dejarlas inútiles por no controlar si se cumple) y en general que reduzca el tráfico a motor, para reivindicar hacer justo lo contrario.

Por último, hay que reconocer algo que el vendedor de humo hace muy bien: por un lado, se felicita a sí mismo, dejando claro (aunque sea mentira) que la noticia es algo que le da la razón en las políticas que han hecho y quieren hacer. Pero, además, felicita de forma explícita a la ciudadanía, adulándonos con un truco barato pero efectivo: de esa forma se vacuna frente a los que venimos después a explicar sus mentiras y manipulaciones, ya que la gente prefiere creerse que todo va genial (y por tanto no hace falta hacer nada), a que todavía hay cosas que mejorar (y nos toca seguir trabajando).

Así que quiero recordar aquí algunos casos de los que sí que hay que felicitarnos a los ilicitanos:

Evitar la destrucción completa del Clot de Galvany: A principios de los años ochenta, el Clot de Galvany enfrentó una seria amenaza debido a planes de urbanización. El desarrollo inmobiliario en la Costa Blanca estaba en auge, y había planes para construir urbanizaciones turísticas y residenciales en el área que hoy ocupa el Clot de Galvany. Estos planes habrían significado la destrucción de este valioso hábitat natural y la pérdida de su biodiversidad. La respuesta a esta amenaza vino de la comunidad local y de los grupos ecologistas. Se inició una fuerte campaña de concienciación sobre la importancia del Clot de Galvany como zona húmeda y su valor ecológico y finalmente se logró que se cancelaran los planes de urbanización. El Clot de Galvany fue reconocido como espacio protegido y, aunque rodeado de urbanizaciones en Gran Alacant y los Arenales, se sigue trabajando en mejorar su estado cada año.

Peatonalización del centro de Elche: otra gran reclamación de toda la vida por parte de los movimientos ecologistas, que se consiguió finalmente hace unos pocos años. A todos nos resulta ahora inimaginable volver atrás, y que pasen de nuevo los vehículos por la Corredora, pero hace menos de cuatro años los periódicos se llenaron de titulares con Pablo Ruz diciendo que era una aberración y que sería el mayor error del anterior alcalde. Buscar «Peatonalización Elche Pablo Ruz» da para hacerse una idea de lo que pensaba esta persona hace dos días.

Lucha por salvar al Palmeral. Otra gran lucha en la que estamos todavía inmersos. La sociedad civil, a través de una plataforma que engloba a muchas otras asociaciones, lleva años peleando por proteger nuestro mayor valor como ciudad en muchos aspectos. Pero, a pesar de que se han conseguido triunfos legislativos, en la práctica todavía estamos muy lejos de que se cumplan, por ineficiencia o desidia de los que tenían que llevarlos a cabo. Pero ahora Pablo Ruz se posiciona directamente en contra de la Llei del Palmerar, y su gobierno comienza a trazar planes para poder ir urbanizando (poco a poco, sí, pero ya nos conocemos cómo acabaría esto) en los huertos de palmeras históricos.

Información adicional:

Informe La Calidad del aire en el Estado español durante 2022, de Ecologistas en Acción (207 páginas)

Resumen La calidad del aire en el Estado español durante 2022, 18 páginas.