Opinión | EL TELEADICTO

Juguetes rotos

La patinadora rusa Kamila Valíeva.

La patinadora rusa Kamila Valíeva. / EFE

Se llama Ilia Malinin y fue la sensación del Mundial de Patinaje de Montreal. Aunque figure como estadounidense su nombre y apellido le delatan. Es hijo de dos patinadores artísticos que compitieron por Uzbekistán. Fue el primer patinador en lograr un axel cuádruple en competición. En Canadá se atrevió con 6 en su programa. Tiene 19 años.  

Las pruebas las emitió en directo Teledeporte. A pesar de que la una de la madrugada no es una hora demasiado intempestiva los espectadores apenas se limitaron a los 20.000. Incluso en las redifusiones en los horarios más privilegiados, su audiencia sólo subió hasta los 50.000.

Los pasados Juegos de Invierno de Pekín 2022 tuvieron su reina, o su princesa, Kamila Valieva, que entonces contaba 15 años. Ganó el oro con el equipo ruso, no así en su intervención individual, en la que convertida en un manojo de nervios cometió varios fallos. Su entrenadora, Eteri Tutberidze, cuando quedó cuarta tras ser sometida a una presión infernal, en lugar de regalarle todo el cariño que merecía en semejante trance, le regañó enfadada: “¿Por qué lo has dejado? ¿Por qué dejaste de luchar? Explícamelo, ¿por qué?”. Si esa fue la actitud delante de las cámaras, ¿qué no sería capaz de hacer en la privacidad de la cancha?

Más tarde la niña Kalieva fue sancionada por haber ingerido por error trimetazidina, una medicación para el corazón que tomaba su abuelo. Hasta los Juegos de Cortina d´Ampezzo en Italia en 2026 no podrá competir. Ni Ilia ni Kamila se presentaron en la pista de hielo realizando esos cuádruples axel porque sí. Desde bien niños estuvieron sometidos a disciplinas espartanas consentidas por los Estados y por los propios padres para conseguirlos. ¿Hasta cuándo seguirán estas prácticas con menores?