Les cuento mi caso que podría ser el de cualquier docente interino, con años muchos años de servicio. Llevo 20 años siendo profesor de Geografía e Historia a lo largo y ancho de la geografía de la Comunidad Valenciana (desde Vinaròs hasta Pilar de la Horadada, ambas localidades incluidas).

Durante estos 20 años me han ido dando mi plaza de interino cada año según una lista basada en la antigüedad en el cuerpo. Este año el gobierno y las comunidades autónomas ha abierto un proceso de estabilización de puestos docentes para interinos en el cual en el baremo sólo cuentan los últimos 10 años trabajados y las oposiciones aprobadas desde el 2012. Curiosamente, justo en el momento de poder acceder a la plaza fija como funcionario cambian las condiciones, inamovibles desde tiempos inmemoriales.

Así es que se me han escamoteado 10 años de dar vueltas por toda la comunidad y 3 oposiciones aprobadas con mucho esfuerzo antes del 2012. El resultado final es que estamos ante un escándalo absoluto que hace que no se valore la experiencia docente y que se tire por tierra el esfuerzo que un docente ha hecho durante décadas de servicio. Ahora resulta que a efectos de baremación lo único que vale es lo ocurrido de 2012 en adelante. Somos muchos los afectados por esta decisión incomprensible y totalmente injusta. Ningún sindicato ni colectivo nos ha defendido, nos han dejado vendidos ante un atropello vergonzoso. Ya nos habéis usado durante décadas y ahora nos dais una patada en el trasero con una baremación que directamente es un robo y una desvergüenza que falta al respeto a un colectivo, los profesores interinos, que hemos sacado adelante buena parte de la educación de este país sin importarnos distancias, cursos conflictivos y tutorías difíciles de sacar adelante. Ese es nuestro pago, ver como nos escamotean nuestra experiencia docente y nuestro esfuerzo estudiando durante media vida. No sé quién ha diseñado este baremo ni qué grupos de presión han conseguido robarnos lo que era nuestro pero me siento engañado, indignado y con la sensación de estar siendo robado tras años de dedicación a mi trabajo.