El fascismo es muerte; Puigdemont independentista

El expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, en una comparecencia en Bruselas.

El expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, en una comparecencia en Bruselas. / Kenzo Triboullard

Moisés Aparici Pastor

No es que el destino sea cruel, sino que parece que el voto por correo desde el extranjero complica todavía más la definitiva resolución de formación del que será nuestro nuevo Gobierno para los próximos cuatro años. De modo que, el recuento de votos concede un diputado más al PP, en detrimento del PSOE. Y ahora, muchos conservadores seguidores del PP y Vox, sostienen su lengua afilada y los ojos en llamas contra Pedro Sánchez y su intención de llegar a acuerdos con varios partidos políticos, entre ellos el partido del prófugo Puigdemont, pero Sánchez, el PSOE y la otra mitad de españoles progresistas lo sabemos, o pactamos con ellos, o nos resta ver el fascismo en el Gobierno de España, y el fascismo es muerte y atraso; Puigdemont independentista.

Son herederos ideológicos de los que auparon el golpe de estado de 1936 y, tras la guerra siguieron con sus matanzas, agresiones y represión dura e injustificada a los que no ganaron esa cruenta guerra, durante décadas. Hoy, no van armados, pero donde gobiernan censuran y prohíben toda manifestación cultural que no pase por la basura que defienden y procuran lanzar en sus soflamas incendiarias cuando andan en grupo y se envalentonan entre ellos amedrentando a quienes creen inferiores o más débiles. Los fascistas persisten en hacer sufrir a muchas personas, impidiéndoles, colocando obstáculos en el camino que muchos transitan en su derecho justo y legal, de buscar a sus seres queridos asesinados en aquella guerra y su represión, para darles justa y sincera sepultura.

No son buena gente quienes vitorearon el golpe de estado de Tejero, o niegan la violencia de género. Por eso prefiero mil veces más a Puigdemont al que rechazo, que a estos fascistas en democracia.