Fuentes de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas que dirige Mónica Oltra reconocieron ayer que el departamento no ha ejecutado 637 millones, tal y como adelantó ayer este medio, pero aseguraron que en este año de pandemia se prevé que la ejecución presupuestaria de todas las consellerias sea más baja que en años anteriores tras dos meses de parón administrativo.

De hecho, la media de ejecución presupuestaria de las consellerias en octubre de 2020 es del 51,24%, según sostienen desde el entorno de Oltra. A pesar de ese parón administrativo, la Conselleria de Igualdad defiende que mantuvo los servicios esenciales en marcha y en el caso de las prestaciones continuó tramitando las de la Dependencia y las de la Renta Valenciana de Inclusión y atendiendo las necesidades de los centros con el reparto de material propio y los servicios sociales, inyectando dinero para ayudas de emergencia y refuerzo de personal con una cuantía de 11,9 millones, de los que 900.000 euros fueron al Ayuntamiento de Alicante. En el caso de las prestaciones por Dependencia, la Comunidad Valenciana, bajo la gestión de la Conselleria de Igualdad, fue la que más ayudas tramitó.

Ximo Puig y Mónica Oltra llevan ocho meses sin convocar un encuentro formal en agenda para abordar la gestión de la pandemia. Tras hacer público este medio la baja ejecución de los presupuestos de la Conselleria de Igualdad, que dirige la vicepresidenta y líder de Compromís, desde el entorno de Oltra han dado un paso más y han replicado que sus altos cargos se sienten aislados por el presidente. Piden insistentemente diálogo para buscar consensos. La escalada de tensión va in crescendo y amenaza ya con romper la estabilidad del Gobierno valenciano tras diez días de desencuentros constantes por los presupuestos autonómicos y por las restricciones que se deben imponer para contener la segunda ola del covid.

El presidente y la vicepresidenta del Consell encadenan una nueva polémica que alimenta la espiral de tensión de los últimos tiempos. Ahora los dirigentes han roto la comunicación y en plena pandemia del coronavirus están escenificando la fragilidad de su alianza sacando a la superficie una crisis que parecía soterrada. Ni tan siquiera intentan ya transmitir cierta cordialidad de puertas hacia afuera. Puig y Oltra llevan nueve días sin mandarse ni un solo mensaje, según sostienen desde el entorno de la vicepresidenta. A lo largo de estos meses de pandemia se han visto en determinados encuentros casuales y en plenos, pero no han cerrado ni una reunión formal para hablar, por ejemplo, sobre la dramática situación de los centros de mayores que gestiona Oltra. Así lo denuncian fuentes cercanas a la líder de Compromís, que ponen el acento, además, en que ella ha solicitado en reiteradas ocasiones reunirse con Puig. Reconocen las mismas fuentes que después de las ruedas de prensa de los viernes han dialogado de otros asuntos, pero de forma casual, sin que se hubiera agendado de forma oficial. Por su parte, el entorno del presidente reitera que se ven todos los viernes para tratar los temas que van al pleno del Consell y que estuvieron juntos en el seminario de Cofrentes.

La última vez que Puig y Oltra hablaron fue por mensaje a principios de la semana pasada, cuando la también líder de Compromís le pidió una reunión para abordar el conflicto abierto por los presupuestos autonómicos y por las desavenencias en torno a la consignación de 21 millones de euros que pedía para su Conselleria. Desde entonces, silencio y frialdad. En Compromís lamentan que el presidente no quiera tener cara a cara a Oltra e insisten en la importancia de tener contactos para buscar una salida a esta situación. Saben que sus destinos, al menos por el momento, están ligados y que este escenario de crispación no debe alargarse por más tiempo. Sin embargo, la convulsión política entre ellos no deja de aumentar y, con ella, el nerviosismo se empieza a disparar entre los dirigentes del PSPV, que insisten en la importancia de centrarse en la gestión de la pandemia, y también entre los de Compromís, que critican que los socialistas estén aislando a sus socios de Gobierno para capitalizar la gestión. Dicen textualmente desde la formación nacionalista que «su visión personalista no debe conllevar que se merme la cogobernanza dentro de un gobierno de coalición».

Las complicidades y acuerdos del pasado han derivado en reproches y desconfianzas entre los dos principales socios del Botànic. De las reuniones formales publicadas por Presidencia de marzo a mayo, en la primera oleada, ninguna fue con la vicepresidenta y también consellera de Políticas Inclusivas que gestiona los centros de mayores en los que se disparó la incidencia del covid. Sin embargo, según han informado fuentes cercanas a Compromís, con la consellera de Sanidad, Ana Barceló (PSPV) se convocaron 12 reuniones oficiales; 13 con el titular de Territorio, Arcadi España (PSPV); 5 con la de Universidades, Carolina Pascual (designada por el PSPV); 7 con el de Hacienda, Vicent Soler (PSPV); 2 con el de Educación, Vicent Marzà (Compromís); 6 con el conseller de Economía, Rafa Climent (Compromís); una con el vicepresidente segundo, Rubén Marínez Dalmau (Podemos); y ninguna reunión con la de Transparencia, Rosa Pérez (Podemos-EUPV) y la de Agricultura, Mireia Mollà (Compromís).

El último tira y afloja comenzó con los presupuestos, pero aumentó de revoluciones cuando Oltra cuestionó las medidas sanitarias que está adoptando el Consell. Compromís quiere mano dura y que se cierre la hostelería alrededor de diez días para doblegar la curva de contagios y poder salvar la campaña de Navidad. La vicepresidenta no está en los órganos de decisión del Consell y desde Compromís defienden que el presidente ha tomado las decisiones unilateralmente. No cabe duda de que la falta de diálogo entre ambos pone contra las cuerdas al Botànic y condiciona la negociación en asuntos pendientes y proyectos inmediatos. Después de que Oltra haya insistido, a través de diferentes medios de comunicación, en la necesidad de hablar, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig , afirmó ayer que su preocupación es la pandemia. No quiso opinar sobre los desacuerdos con la vicepresidenta ni tampoco sobre la manera de suavizar el diálogo. «Yo estoy preocupado por la pandemia desde el inicio, y he tomado siempre las decisiones de acuerdo con los expertos y atendiendo a la realidad de toda la Comunidad Valenciana, que tiene aspectos epidemiológicos y relacionados con la vida de la ciudadanía», manifestó el jefe del Consell.

Refuerzo de personal y de las ayudas de emergencia

Te puede interesar:

Fuentes de este departamento aseguraron que para verificar el funcionamiento de la Conselleria en términos de ejecución presupuestaria hay que esperar al final del año con el cierre del presupuesto. En total, la ejecución de 2019 fue del 90,17%; en 2018 fue del 91,22%; mientras en 2107 fue del 91,48%. A fecha de octubre de este año, la ejecución presupuestaria es de 255 millones ejecutados en Inclusión Social. La previsión inicial era de 186 millones, por lo que en octubre se ha ejecutado por encima del 100% en la partida referida a la Renta Valenciana de Inclusión.

El presupuesto ejecutado en Dependencia a fecha de octubre de 2020 es de 379,8 millones. En este caso también se ha gastado por encima del 100% previsto al inicio del año presupuestario, en que se hizo una previsión de 358,3 millones, según sostuvieron desde el área de Oltra.