¿Por qué está fuera del comité provincial de Ciudadanos?

Es una pregunta que habría que hacerle a la cúpula, al comité autonómico o a Madrid. Ha sido el secretario de Organización de Cs, Borja González, quien ha venido a decirme que me echara al lado o me cesaban, a mí y a los secretarios provinciales de Acción Institucional y Organización, César Martínez y Chechu Herrero. No se ha actuado bien, nos han metido en un lote y se ha descabezado la representación que tenía la Diputación, la institución más importante en la que gobernamos en la Comunidad.

¿Le han sorprendido las decisiones que se han tomado?

No me extrañan, teniendo en cuenta que nuestra coordinadora autonómica, María Muñoz, no ha pisado la Diputación ni el Ayuntamiento de Alicante. Siento tristeza y les exijo ese trabajo a los cargos autonómicos, porque yo sigo siendo el portavoz de Cs en la institución provincial. No me han dado los motivos del cese, solo me han dicho que se querían calmar los ánimos tras lo que sucedió en Orihuela.

Ser crítico con la moción de Orihuela, precisamente, ¿les ha podido pasar factura?

Le ha pasado factura a Cs. El partido no fue capaz de reaccionar a la moción, sobre la cual tuvo información por mi parte tres semanas antes de que sucediera. Hay cargos como Juan Ignacio López-Bas, María Muñoz y Teresa Ortiz que han escondido la cabeza como avestruces. No quisieron enterarse de lo que se estaba cociendo en Orihuela y negociando en los cuartos oscuros.

También le ha podido perjudicar la proximidad que ha mostrado, a veces, con el PP...

Llevo tres años gobernando con el PP en la Diputación y dos con el PSOE en Xixona. Desayuno con la alcaldesa socialista de Xixona y como con los compañeros del PP en la Diputación. Ese es el ADN de Cs, dar estabilidad a los gobiernos. Que vengan los cargos que he citado a decirme que el PP o el PSOE son nuestros enemigos. Nosotros llegamos a la política para gestionar y se está equivocando nuestro discurso.

Lo que no puede negar es que mantiene una sintonía muy importante con Carlos Mazón...

Eso es totalmente cierto. Como la mantengo con el resto de diputados y con la alcaldesa y los concejales del equipo de gobierno de Xixona. Desde Cs hemos venido a dar estabilidad, eso es ser de centro.

¿Qué va a suceder a partir de este momento en su formación?

Lo primero que tienen que hacer es realizar los nombramientos del nuevo comité provincial. Me sorprendió, de mala manera, que no tuvieran ya a las personas elegidas y que corrieran a apartarme a mí. Fue precipitado por los nervios de alguien que no sé quién es. Lo que han hecho ha sido un error de bulto y los que han tomado las decisiones tendrán que rendir cuentas. Teresa Ortiz deberá ofrecer las explicaciones oportunas, porque las que ha dado a día de hoy no nos convencen. No ha explicado los motivos de nuestro cese.

¿Seguirá militando en Cs?

El que piense que, en una situación de estas características, iba a esconder la cabeza como hacen otros, no me conoce. Sigo esperando las declaraciones de la coordinadora autonómica y de la secretaria de Organización. Ninguna de las dos me ha llamado, y el señor López-Bas tampoco se ha dignado a contestarme. Esa es la dirección autonómica que tenemos. A mí me puso aquí Emilio Argüeso para que estuviera cuatro años gestionando el área más importante de la Diputación.

¿Se ve dando el paso al PP?

Ahora mismo no. Lo que hemos demostrado el equipo de gobierno de PP y Cs en la institución provincial es que el modelo de gestión se puede llevar a estancias superiores. Eso es lo que defiendo. Hemos demostrado que funcionamos técnicamente, en operativa y consenso, sacando adelante planes de obra y dialogando con la oposición. Cs ha hecho lo que venía a hacer: gestionar y ofrecer estabilidad. Cuando Toni Cantó intentó desestabilizar la Diputación, este equipo de gobierno se mantuvo junto.

¿Hay nervios en Cs de cara a las elecciones de este domingo?

Espero que Juan Marín saque el mejor resultado posible, a pesar de las malas decisiones que se han tomado en la estrategia política. El problema lo tenemos en la comunicación de nuestra gestión, que no llega al ciudadano. Tenemos que ser críticos con esto. Si no sacamos un buen resultado, será el momento de mirar hacia arriba, preguntar por la estrategia política y pedir el cese de los que toman decisiones.

¿Cómo define la relación actual que mantiene con Julia Parra?

Tengo confianza ciega en ella. Ha mantenido a la provincia como una referencia cultural nacional en los momentos más duros de la pandemia. A nivel de partido, ella es de Sant Joan y yo de Xixona, por lo que nos conocemos desde hace mucho.

¿Y con Adrián Santos?

Los dos pertenecemos al mismo sector profesional, por lo que hemos tenido mucha relación. Lo único que nos separa es que, en estas circunstancias, él ha tomado partido por la parte que quería mi cese y me ha ofrecido el vacío por respuesta. La conexión entre nosotros últimamente ha sido mínima.

¿En qué situación va a quedar su trato con la cúpula de Cs?

Es una pregunta para ellos, yo sigo en el mismo sitio. Cuando me presenten a los nuevos cargos diré cómo será la relación. Porque, de momento, nos han quitado de golpe a nosotros y no hay estructura. Lo suyo hubiera sido quitar a unos y poner a otros, pero en este caso no ha sido así. Cuanto más tarden en llegar los nuevos nombramientos, más indefensos nos vamos a sentir los diputados y concejales.

¿Siente el respaldo de los concejales de Cs en la provincia?

No voy a considerarme un mártir ni a decir que todo el mundo me apoya. Lo que no va a cambiar es mi opinión. Entré a Cs con unos valores que sigo teniendo en la cabeza. El día que esos valores me afecten en mi trabajo en la Diputación, me replantearé si tengo que seguir en el partido. Para mí la política es un paréntesis en mi vida, no es un medio, como para otros.