De ejercer como miembro del Gobierno autonómico a fiscalizar al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en apenas un mes y medio. El exconseller de Educación, Vicent Marzà, asumirá en la sesión de control de este jueves un rol destacado en su grupo parlamentario, Compromís. Intervendrá como síndico debido a la ausencia de Papi Robles, que se encuentra de baja por covid. Su papel consistirá en preguntar al jefe del Consell por las inversiones del Estado en la Comunidad, una cuestión que ha generado roces en la escena estatal entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el diputado en el Congreso Joan Baldoví. Todo en un pleno en el que una concatenación de factores ha motivado que la hasta ahora portavoz adjunta de los nacionalistas en las Cortes, la crevillentina Aitana Mas, se estrene como vicepresidenta del Ejecutivo valenciano.
La secuencia que se registrará en las Cortes reflejará en parte las consecuencias derivadas de la oleada de cambios que ha sacudido a la izquierda valenciana en los últimos dos meses y, además, servirá de termómetro para medir el tono en un momento delicado, cuando las relaciones entre los socialistas y Compromís no pasan, precisamente, por su mejor momento. Será la primera vez en los siete años de andadura del Botànic en que Marzà, sin los galones de conseller, reclamará explicaciones a Puig en el marco del debate parlamentario. Todo cuando hace tan solo seis semanas se sentaban juntos en la bancada azul. En concreto, fue el 11 de mayo el día en que Marzà anunció su salida del Consell para centrarse, según dijo, en la maquinaria orgánica de Compromís. Se marchó asegurando que continuaría como diputado raso, aunque ocho días después ya fue designado como portavoz adjunto en el Parlamento valenciano.
La pregunta preparada por Compromís de cara a la sesión de control tiene su miga. En concreto, Marzà cuestionará si Puig considera que reclamar el cumplimiento del Estatuto de Autonomía en materia de inversiones del Estado es fomentar el agravio territorial, en alusión a una respuesta de Sánchez a Baldoví, a quien acusó de ello por pedir explicaciones. Como trasfondo, la baja ejecución de inversiones en la Comunidad, que en 2021 se quedó en el 42% con relación a lo planificado en los Presupuestos Generales del Estado, a pesar de que el Estatuto autonómico recoge que se debe recibir el porcentaje de inversiones que corresponde en función del volumen de población. Se trata, en cualquier caso, de un asunto con el que los valencianistas han venido apretando las tuercas al PSOE de Sánchez, uno de esas cuestiones con las que tratan de marcan perfil propio con respecto a sus socios socialistas. Todo se produce, además, una semana después de la salida de Mónica Oltra del Ejecutivo, presionada tras su imputación por la gestión de su conselleria en el caso de abusos sexuales a una menor tutelada. Los hechos precipitaron que Mas fuera la elegida por Compromís para relevarla como vicepresidenta, consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, y portavoz del Gobierno. Tomará posesión este jueves a las 9 de la mañana en el Palau de la Generalitat.
Marzà restó importancia este martes al hecho de que no se haya publicado todavía en el DOGV el cese de Oltra, después de la petición de explicaciones por parte de la síndica del PP, María José Catalá, que consideró que era algo bastante atípico. Tras los nubarrones de la última semana, después de que el PSPV presionara para que Oltra se apartara del cargo tras su imputación , el valencianista defendió que el Botànic es "un único gobierno" en el que se deciden una serie de acuerdos que "se tienen que cumplir y son la garantía de éxito de que la izquierda siga gobernando" en la Comunidad. Remarcó que las diferencias en enmarcan en la normalidad, ya que hay "mucho diálogo y debate" como sabe de su etapa como conseller de Educación, pero insistió en que es posible llegar a acuerdos priorizando el interés de los valencianos: "Estoy seguro de que continuaremos así, dando la máxima estabilidad a este gobierno". En esta línea, sostuvo que lo importante son las políticas y avanzar, "acabar esta legislatura y empezar una tercera de acuerdos de progreso como el Botànic".
También desde las filas socialistas se trató de rebajar la tensión. La síndica, Ana Barceló, dijo que no ve discrepancias en el Botànic y Pilar Lima, de Unides Podem, celebró los cambios como un impulso y aseveró que se mantiene la sintonía. Mientras tanto, la derecha, que juega la carta de agitar el debate sobre la inestabilidad del Botànic, dio una vuelta de tuerca a su discurso. "Lo que se denominó felizmente el Botànic ha acabado secándose con tanto baile de sillas", aseveró Català, mientras Cs cree que las decisiones se toman por cuestiones partidistas y electorales.
El PSPV aplaude el perfil que releva de Oltra
El nombramiento de Aitana Mas como nueva vicepresidenta está siendo aplaudido por el PSPV-PSOE. Fuentes del partido destacan que la hasta ahora síndica adjunta de Compromís se ha caracterizado en las Cortes por su predisposición al diálogo y la búsqueda de consenso y esperan que se mantenga ese perfil en el Ejecutivo. Reconocen que con Mónica Oltra había cuestiones insalvables, como su falta de sintonía con la consellera Gabriela Bravo. Esperan además que los valencianistas, con Mas como nuevo referente alicantino, mantengan el tirón en la provincia en los próximos comicios, porque sin ellos difícilmente podría rubricarse un tercer Botànic.
Mazón critica los elogios a su antecesora
Ante la toma de posesión de mañana de Aitana Mas como nueva vicepresidenta de la Generalitat, el líder del PPCV, Carlos Mazón, ha criticado las palabras de elogio que la crevillentina ha tenido hacia su antecesora en el cargo, Mónica Oltra. «Espero que ningún miembro de la Generalitat sea juez y parte», manifestó el alicantino en alusión a la situación judicial de Oltra, todavía pendiente de resolverse, una vez que ha dimitido de sus cargos. «Estamos hablando del expediente de un caso grave y delicado, como es el abuso a una menor», añadió Mazón antes de mostrar su sorpresa por los elogios de Mas al trabajo de Oltra.
