La política fiscal se está posicionando como una de las cuestiones nucleares del debate público en el plano estatal y, también, en el escenario de la España de las autonomías. Ante un contexto de inflación generalizada y con una economía azotada por las consecuencias de la guerra en Ucrania, la gestión de los impuestos centra la estrategia de los bloques de izquierda y derecha, que defienden la aplicación de recetas contrapuestas en el marco de una campaña, la de los procesos electorales de 2023, que empieza a coger vuelo. Todo apunta a que la batalla por conquistar al votante continuará alimentando la carrera por legislar para reconducir los tributos, pero si hay un denominador común para progresistas y conservadores es el punto de partida. La recaudación de la Agencia Tributaria en Alicante se incrementó hasta julio un 21,8%, casi cuatro puntos por encima de la media nacional, y alcanzó los 2.632 millones de euros, mientras que la cifra ingresada en las arcas de la Generalitat por impuestos cedidos fue, incluso, más generosa. Superó los 745 millones entre enero y agosto de este año, lo que se traduce en un 45,7% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior

El tirón de la economía tras el bloqueo generado por la pandemia de covid y la inflación que ha disparado la cesta de la compra, unido al hecho de que la Comunidad Valenciana registrara diez meses ininterrumpidos de creación de empleo hasta el mes de agosto, son algunos de los factores que alimentan los ingresos tributarios de la Generalitat y del Estado a partir de lo que abonan los alicantinos. Tres de los tributos estatales más significativos así lo reflejan. Se ha recaudado un 26% más por IRPF hasta el mes de julio, con un total de 1.155 millones; un 18,9% más en IVA, llegando hasta los 1.193 millones; y un 14,4% superior ha sido el ingreso por el Impuesto de Sociedades, con 119 millones de euros. Son tributos que son gestionados por el Gobierno central pero que también tienen repercusión en las arcas valencianas, pues el 50% de los ingresos por el IVA y prácticamente lo mismo de IRPF acaba siendo transferido a las comunidades autónomas. A estos ingresos generados a partir de gravámenes se les debe sumar otros como los que cobra la unidad de grandes contribuyentes de Madrid, como por ejemplo el IVA de grandes empresas que tienen su sede en Madrid aunque los compradores paguen el impuesto en la provincia.

Tirón en vivienda

Entre los impuestos que gestiona directamente la Generalitat, el aumento de la recaudación ha sido más significativo. Durante los ocho primeros meses del año, los ingresos por el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, el que se genera por la compraventa de viviendas, ha rozado un aumento del 58% hasta superar los 528 millones. También el de actos Jurídicos Documentados, que grava, entre otras cuestiones, la formalización de hipotecas, ha escalado un 19% y ha contribuido con 90 millones de euros a la caja autonómica. Y prácticamente el mismo porcentaje se ha disparado el volumen recaudado por el Impuesto de Sucesiones, que ha superado los 79 millones de euros. En ese caso, la causa principal ha sido el aumento de decesos vinculados a la pandemia. 

Cifras de recaudación de principales tributos en la provincia. Información

¿Hay margen para retocar los impuestos? ¿Es conveniente una variación tributaria para hacer frente a la situación actual? Esa es una pregunta a la que casi todo el espectro político de la Comunidad Valenciana contesta en afirmativo. Ahora bien, las propuestas para introducir cambios no van, aparentemente, en la misma dirección, y replican tendencias de lo que defienden los grandes partidos a nivel nacional. Por lo pronto, todo apunta a que la Generalitat impulsará una modificación tributaria que entraría en vigor con la aprobación de la Ley de Acompañamiento a los Presupuestos, a final de año. El jefe del Consell, el socialista Ximo Puig, anunció esta medida con el arranque del curso político aunque, por el momento, no ha desvelado ningún detalle concreto. Puig solo ha subrayado que será una reforma articulada en la línea de la progresividad fiscal para beneficiar a las rentas bajas y medias. Nada más. Se presupone que será en el debate de política general, que arranca el próximo martes en las Cortes Valencianas, cuando el presidente de la Generalitat detallará los ejes fundamentales de una propuesta que, no obstante, tiene que consensuar con sus socios de gobierno, Compromís y Unides Podem. Los morados, sobre todo, han mostrado reticencias a la espera de concretarse la letra pequeña de lo que hasta este momento no deja de ser una propuesta que se trabaja en la Conselleria de Hacienda. En clave nacional, Puig pide que se articule una reforma fiscal para armonizar impuestos y evitar el dumping fiscal, es decir, la competencia desleal, que, según denuncia, se orquesta especialmente desde Madrid. Eso es algo que está en el aire, aunque lo que sí ha entrado ahora en la agenda del Ejecutivo de Pedro Sánchez es impulsar un impuesto a las grandes fortunas, según anunció este jueves la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Esa es una propuesta de sus socios de gobierno, Unidas Podemos, que el PSOE rechazó meses atrás..

«Revolución fiscal»

El principal grupo de la oposición, el PP que lidera Carlos Mazón, no es que se haya sumado ahora a la revolución fiscal que empiezan a promover ejecutivos como los de Andalucía, que acaba de anunciar la eliminación del Impuesto de Patrimonio y la deflactación del IRPF en su comunidad; el de Murcia, que deflactará el IRPF y estudia también bonificar al 100% el de Patrimonio; o el de Madrid, con Isabel Díaz Ayuso al frente, quien ha venido liderando el discurso de la rebaja de impuestos en un eterno pulso al Gobierno. Mazón presentó su propia «revolución fiscal» hace ya un año, con propuestas que incluyen suprimir el Impuesto de Patrimonio, bonificar en mayor grado los de Sucesiones y Donaciones o reducir el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y el tramo autonómico del IRPF. La rebaja de impuestos es, de hecho, uno de los principales ejes sobre los que pivota el discurso de los populares, con puntos en común con lo que defiende Cs. Sin margen de maniobra desde la oposición, las propuestas se lanzan ya en clave electoral.