Mazón abraza el modelo de Ayuso y sitúa a Madrid como ejemplo

La presidenta dice que la Comunidad Valenciana «ha cambiado para mal»

Isabel Díaz Ayuso, a su llegada al mitin de ayer en compañía de Carlos Mazón, María José Catalá y Vicent Mompó. | J.M.LÓPEZ

Isabel Díaz Ayuso, a su llegada al mitin de ayer en compañía de Carlos Mazón, María José Catalá y Vicent Mompó. | J.M.LÓPEZ / MateoLBelarte

Mateo L. Belarte

El PPCV arrancó ayer la precampaña del 28M con un mitin en el que el líder autonómico Carlos Mazón y la secretaria general de los populares valencianos, María José Catalá, estuvieron acompañados por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. En un acto celebrado en el antiguo cauce del río Turia de València ante casi mil personas entre afiliados y curiosos según la organización, tanto Mazón como Catalá situaron a la lideresa madrileña como ejemplo de gestión. No en vano, Ayuso concentra dos cualidades a las que aspira Mazón: popularidad y un ejecutivo autonómico sin Vox —aunque se ha apoyado en la ultraderecha para gobernar—.

Pablo Broseta, fichaje de Mazón, junto a Merino y Bastidas. | JM LÓPEZ

Pablo Broseta, fichaje de Mazón, junto a Merino y Bastidas. | JM LÓPEZ / MateoLBelarte

Ella fue sin duda la gran protagonista. Todas las cámaras, vítores y peticiones de fotos iban dirigidas a la presidenta madrileña, que desplegó su habitual discurso duro cargando contra la «ultraizquierda» por asuntos tan variopintos como el acercamiento de presos de ETA, el feminismo, el aborto o la eutanasia entre otros. Todo, siempre, aderezado con la «libertad», una de las palabras más repetidas (también por los líderes valencianos) en el acto.

Ayuso, que cerró el mitin y dispuso de más tiempo de intervención que el resto, dedicó la mayor parte de su discurso a la agenda nacional y a atacar al «sanchismo», acusando al presidente del Gobierno de pilotar un «proyecto totalitario» y de calentar la calle para que «España no sea gobernable» si el PP llega a Moncloa.

Sobre la Comunidad Valenciana, apostó porque tras las elecciones se pueda recuperar el «eje de la prosperidad» entre ambos territorios, como se apodó a las estrechas relaciones entre los ejecutivos de Francisco Camps y Esperanza Aguirre. En contraposición con esa época de inicios de siglo, Ayuso dibujó una autonomía decadente.

«Me duele que la C. Valenciana se haya apartado de la València pujante», dijo antes de lamentar que la imagen de la autonomía, que «durante muchos años se veía desde fuera con orgullo, siempre en los medios por eventos internacionales y la construcción de grandes recintos», ahora «haya cambiado para mal» y sea protagonista por «titulares como los de antes en Andalucía».

Según aseguró, el Consell ha abandonado la gestión y se ha centrado en hacer lo que llamó «negocio identitario» a base de «dividir el país con la lengua». «No hay derecho a fabricar un sentimiento regionalista donde no lo había», defendió.

«Gobernar para todo el mundo»

Consciente de que Ayuso representa el ala más dura del PP, Mazón trató de no descuidar ningún flanco, tampoco el central. Incidió en que le gustan «todos los modelos» de gobierno de los populares, tanto el de Ayuso como el de Moreno Bonilla, pero que apuesta por el suyo propio.

«Quiero un modelo a la valenciana y gobernar para todo el mundo», dijo mientras hacía referencia a dos de sus fichajes pensados para captar el voto más moderado: la exsíndica de Cs Ruth Merino y Pablo Broseta, hijo del profesor Manuel Broseta y que estará en las listas a las Corts el 28M.

El líder del PPCV ironizó con la contraprogramación del PSPV a la visita de Ayuso y criticó que los socialistas carguen contra el estado de este área en Madrid cuando según él la Sanidad valenciana está en una peor situación. Fiscalidad, vivienda, educación, inversión extranjera o la escasa influencia en Madrid fueron asuntos con los que atizó a Ximo Puig.

Por su parte, Catalá situó al PP como única alternativa a Ribó, Sánchez y Puig. La alcaldable por València se mostró muy convencida de su victoria el 28M y si eso pasa, prometió «continuar en la Comunitat Valenciana la ola de libertad que arrasa la Comunidad de Madrid».