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Tribuna

Derribando mitos

Existen algunos mitos sobre el efecto de ciertos alimentos sobre la salud cardiovascular.

Es perjudicial tomar café, consumir huevos y grasas o comer chocolate? ¿Es verdad que cuanto más ejercicio físico hagamos vamos a estar cada vez más sanos?

Estas afirmaciones se plantean muy frecuentemente en la consulta de cardiología. Veamos qué dice la ciencia: El café no sólo no aumenta el riesgo cardiovascular, sino que consumido moderadamente, lo disminuye, así como también la mortalidad total. Por otra parte, el café no aumenta la tensión arterial de los pacientes que lo toman de forma habitual. Por lo tanto, ya es hora de quitar el estigma del café como bebida perjudicial e incorporarlo como componente de pleno derecho de una dieta saludable.

Cada vez es más evidente que nuestro colesterol en sangre tiene poca relación con el que consumimos, siendo principalmente de fabricación propia. Por lo tanto, comer grasas saturadas o colesterol (por ejemplo el huevo) no aumenta el riesgo de padecer problemas cardiovasculares, contrariamente a los hidratos de carbono con alto índice glicémico (azúcar, dulces, pan, pasta, maíz, patata) y a las grasas trans de origen industrial (platos precocinados, bollería industrial, congelados, comida rápida, helados, margarinas, snaks,?) que sí lo hacen y que consumimos abundantemente.

El chocolate no debe ser prohibido en las dietas cardiosaludables, sino más bien incluido en las mismas, ya que ha demostrado múltiples efectos beneficiosos para nuestro sistema cardiovascular: disminuye la tensión arterial, el colesterol «malo», mejora la función del endotelio de nuestras arterias y la sensibilidad a la insulina.

El ejercicio físico ligero-moderado produce un incuestionable beneficio cardiovascular en las personas y disminuye la mortalidad.

Por otra parte, cada vez más estudios alertan de los peligros de un ejercicio físico de alta o muy alta intensidad, ya que se ha relacionado con aparición de arritmias (fibrilación auricular), alteraciones de la función del ventrículo derechoy aumento de la calcificación de las arterias coronarias. De tal forma, varios estudios sugieren que los beneficios que se obtienen con el ejercicio físico ligero o moderado, disminuyen o incluso desaparecen cuando se realiza ejercicio físico de alta intensidad, hasta equiparase al riesgo de los individuos sedentarios.

Cada vez son más las creencias y los mitos que la ciencia evidencia como erróneos. No demos las cosas por sabidas. La información veraz es un arma muy efectiva para combatir y prevenir las enfermedades.

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