La medida pretende evitar que los usuarios oculten el producto ilegal en cajetillas usados, anunció hoy el Departamento de Aduanas.

A partir del primero de enero, cada cigarrillo que no lleve debajo del filtro el distintivo "SPDC" (Singapore Duty-Paid Cigarettes) podrá ser decomisado por las autoridades de la ciudad-estado.

Hasta el 20 por ciento del tabaco que se consume en Singapur procede del contrabando, según datos del sector, a causa de los altos precios por los impuestos.

Cada paquete está gravado con una tasa de 7,04 dólares de Singapur (4,89 dólares estadounidenses), con lo cual una cajetilla de Marlboro cueste más del doble y hasta diez veces más que la misma marca en Filipinas o Malasia.

En los primeros seis meses de año, las autoridades se incautaron de 2,1 millones de paquetes de contrabando y detuvieron a más de 3.000 fumadores ilegales, que tuvieron que pagar cada uno una multa de 500 dólares locales.

La próspera Singapur, la economía más desarrollada del Sudeste Asiático, es conocida por su limpieza y declara la guerra total al tabaco, prohibiendo fumar incluso en las paradas de autobús al aire libre.

Es el único territorio del mundo que impide introducir en el país cualquier cantidad de tabaco importado, incluso el que se compra en las secciones "duty free" de los aeropuertos internacionales, como se avisa en el formulario de inmigración.