Queipo de Llano, el brutal militar corrupto que nunca fue juzgado por sus acciones durante la Guerra Civil

Fue uno de los principales instigadores del golpe de estado de 1936 y su estrategia militar estuvo marcada por actos de violencia y represión severa

Queipo de Llano en una de sus arengas radiofónicas

Queipo de Llano en una de sus arengas radiofónicas / Imagen del programa ’30 minuts’ de TV3

Esteban Joaquín Mojica

Esteban Joaquín Mojica

Gonzalo Queipo de Llano y Sierra (1875–1951) fue un general español que desempeñó un papel crucial durante la Guerra Civil Española (1936–1939), siendo uno de los principales líderes y colaboradores en el golpe de estado militar que resultó en la dictadura del general Francisco Franco. Su papel en la historia de España es indudablemente significativo, pero también altamente polémico y fuente de debate entre historiadores.

Nacido en Tordesillas, Valladolid, el 5 de febrero de 1875, Queipo de Llano se unió al ejército español a una temprana edad y rápidamente ascendió en las filas, demostrando su habilidad en la logística y estrategia militar. Durante su carrera, participó en varias campañas militares en Marruecos y Filipinas, donde adquirió una experiencia valiosa y significativa.

La figura de Queipo de Llano es, sin embargo, más conocida y controvertida por su papel en la Guerra Civil Española. Como uno de los principales instigadores del golpe de estado de 1936 contra la Segunda República Española, jugó un papel clave en el levantamiento militar que llevó a la guerra civil y, posteriormente, a la dictadura de Franco.

Actos de violencia y represión severa

Gonzalo Queipo de Llano, en primer plano en la parte izquierda de la imagen.

Gonzalo Queipo de Llano, en primer plano en la parte izquierda de la imagen.

Desde su base en Sevilla, Queipo de Llano lideró las operaciones militares en Andalucía, logrando consolidar el control de las fuerzas rebeldes en la región. Sin embargo, su estrategia militar estuvo marcada por actos de violencia y represión severa. Sus discursos a través de la radio se hicieron tristemente célebres por su retórica incendiaria y a menudo despiadada, contribuyendo a una atmósfera de terror entre la población civil.

Además de su brutalidad militar, Queipo de Llano también ha sido criticado por su comportamiento personal y su corrupción. A pesar de su alineación con los ideales del franquismo, Queipo de Llano frecuentemente chocó con Franco y otros líderes militares de alto rango, lo que lo mantuvo en gran medida al margen del poder durante la dictadura de Franco.

Tras la guerra, Queipo de Llano se retiró a Sevilla, donde vivió hasta su muerte en 1951. A pesar de las numerosas críticas y acusaciones en su contra, nunca fue juzgado por sus acciones durante la guerra civil. Incluso hoy, su figura sigue siendo objeto de debate en España, donde se lucha por arrojar luz sobre su papel en uno de los períodos más oscuros de la historia del país.