¿Por qué todo el mundo mete corchos de vino en el frigorífico?

Te contamos el motivo por el que no debes deshacerte de estos tapones

Javier Corazón

Javier Corazón

Los electrodomésticos han revolucionado la forma en que hacemos las tareas del hogar, simplificando nuestras vidas de manera significativa. Actualmente, es difícil imaginar cómo nos las arreglaríamos sin una lavadora, un frigorífico o un lavavajillas. Sin embargo, para que estos aparatos cumplan su función correctamente, es esencial seguir ciertas pautas, limpiarlos adecuadamente y revisarlos regularmente. Por ejemplo, no todos los objetos son aptos para lavarse en el lavavajillas.

A menudo, en las tareas domésticas, los remedios naturales resultan más efectivos que los costosos productos de limpieza. En este sentido, es posible solucionar un problema muy común sin gastar demasiado. Los tapones de corcho, que se encuentran a menudo en la mesa después de una comida, son muy útiles en este sentido. Tras abrir una botella de vino, no hay que tirar el corcho, ya que pueden resolver un problema que surge en todos los hogares.

Para eliminar los malos olores que se producen en el interior de los electrodomésticos, se puede colocar un corcho en un estante del frigorífico o del congelador. Incluso se pueden cortar en trozos y distribuirlos en diferentes lugares. Esta estrategia es efectiva, ya que el corcho es un material poroso que absorbe la humedad y los malos olores. Además, se puede añadir una gota de aceite esencial de limón o de otros cítricos para perfumar el interior del aparato.

Los malos olores en el frigorífico son causados por diversas razones. En primer lugar, puede ser debido a alimentos con un olor fuerte, como el ajo, la cebolla o ciertos quesos. Los alimentos en mal estado también pueden despedir un olor desagradable, al igual que cuando no se guardan correctamente, sin protección de papel de aluminio o en recipientes no herméticos. Por último, no limpiar el frigorífico regularmente también puede contribuir a la formación de malos olores.

Para mantener el interior del frigorífico limpio y sin olores, se recomienda limpiar las paredes interiores y los estantes con una solución de agua y bicarbonato o de agua y limón cada 15 o 20 días. Para hacerlo más fácil, se puede realizar antes de ir a comprar, cuando la nevera está casi vacía. Y para evitar malos olores en el futuro, ¡no olvides colocar un corcho en la nevera o el congelador!