Los soldados que rastrean la zona afectada hallaron hoy bajo los escombros de una casa el cadáver del pequeño Flavio Deliu, muy cerca del lugar donde ayer fue encontrado el cuerpo de su madre, Liljana, embarazada.

Otra persona de la misma familia perdió la vida en la explosión del sábado y una cuarta está desaparecida.

Según fuentes sanitarias, una mujer falleció anoche en un hospital de Tirana, mientras que 16 heridos de gravedad han sido trasladados a centros hospitalarios de Italia y Grecia.

La detonación en cadena de 3.000 toneladas de proyectiles de artillería caducados arrasó el sábado la aldea de Gërdec y causó unos 300 heridos, muchos de ellos niños y mujeres, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad

Una decena de personas, trabajadores de la fábrica y habitantes de la zona, siguen desaparecidos y se teme que se hallen entre las ruinas de los edificios cercanos.

Más de 2.000 casas de los pueblos contiguos quedaron dañadas y decenas de animales, sobre todo vacas, murieron en la explosión que causó un enorme cráter en el polvorín que sigue humeando.

El presidente de Albania, Bamir Topi, comparó la explosión con la de una bomba atómica sin radiación.

Quinientos efectivos del ejército albanés apoyados por una unidad de soldados estadounidenses han reanudado hoy la operación de limpieza de la zona.

De momento, 300 de las 1.000 hectáreas contaminadas en los alrededores del depósito han sido limpiadas, según informó el ministro de Defensa, Fatmir Mediu.

La policía mantiene acordonada la zona e impide el acceso a sus hogares a los 4.000 habitantes que huyeron tras la explosión.

El primer ministro, Sali Berisha anunció hoy que su gobierno ofrecerá 2 millones de lek (unos 17.000 euros); a las familias de las víctimas, además de asumir los gastos de los funerales.

El líder opositor socialista, Edi Rama, pidió la dimisión de Berisha y Mediu como responsables de esta "barbarie estatal" y denunció el hecho de que menores de edad y mujeres de la zona trabajaban, sin ninguna precaución, en la "fábrica de la muerte".

La tragedia sucedió pocas semanas antes de la cumbre de la OTAN en Bucarest en la que Albania aspira a recibir la invitación para ingresar en el organismo militar.

Pese a los robos de centenares de miles de armas y municiones por civiles durante los disturbios del año 1997, Albania dispone de 100.000 toneladas de armamento caducados heredados de la época comunista y almacenados sin ninguna norma de seguridad en depósitos por todo el territorio nacional.