Informes contrapuestos en el juicio por la agresión mortal a un joven en Xaló. Los forenses del Instituto de Medicina Legal y el perito de la acusación particular han discrepado sobre el alcance de las lesiones a la víctima. Mientras que para los médicos que hicieron la autopsia a Alejandro Pavía no se puede concluir que las lesiones que presentaba la víctima le causaran la muerte, el facultativo de la acusación discrepó de estas conclusiones y sostuvo que fue un traumatismo craneoencefálico la causa de la muerte. El joven de 24 años falleció durante una pelea la noche del 27 de marzo de 2017 a las puertas de un pub de Xaló tras ser derribado de varios puñetazos y recibir en el suelo una fuerte patada en la cabeza.

En el banquillo se sientan un joven de nacionalidad marroquí y otro rumano y en su día ya fue condenado un menor también marroquí. La Fiscalía mantuvo para ambos la acusación por homicidio doloso, mientras que la acusación particular que ejercen los padres del joven rebajó de asesinato a homicidio la imputación contra ambos. Las defensas, por su parte, se aferraron al informe de la autopsia para reclamar la absolución, aunque incidieron en que ningún testigo vio a los acusados propinando la patada tras la que la víctima se desplomó. El jurado comenzará este viernes la deliberación del veredicto en la Audiencia tras una semana de juicio.

Los dos forenses que hicieron la autopsia al cadáver se reafirmaron durante el juicio en que ninguna de las lesiones que presentaba la víctima tenía entidad para causar la muerte, aunque señalaron que falleció "en un escenario de violencia". Para los médicos hay varios factores que pudieron causar el fatal desenlace, pero no podían concluir si se había tratado de una muerte homicida o causada por una arritmia cardiaca. "No hay lesiones de entidad, ni lesiones óseas en el cráneo", señalaron. Los exámenes médicos detectaron una arritmia cardiaca que pudieron haber causado la parada cardiorrespiratoria en el estrés de la pelea, pero los forenses tampoco se mostraron concluyentes.

En la autopsia no se detectó que la víctima se encontrara afectado por el consumo de alcohol o de drogas en el momento de la pelea. "Había bebido, pero podía conducir", aseveró. Tampoco se encontraron restos de ADN de los acusados en el cuerpo del fallecido, hecho que para las acusaciones descartaba que llegara a agredirles.

Por el contrario, el perito de la acusación concluyó que los forenses habían descartado indicios que apuntaban a que el joven pudo haber sufrido un traumatismo craneoencefálico. "Presentaba hasta seis impactos en la cabeza y tenía el tabique nasal fracturado", explicó. Todas estas microlesiones causadas por una sucesión de fuertes golpes en la cabeza pudieron haber causado un estado de coma por el que el cerebro ordenó al corazón que dejara de funcionar, según explicó.

A su juicio, un estudio histiológico del cerebro hubiera permitido detectar estas lesiones. En este punto, las defensas recalcaron que el informe del médico de la acusación particular se había basado en las fotografías realizadas por los forenses y que éste nunca había llegado a ver el cuerpo. Por su parte, los forenses se reafirmaron en rechazar la existencia de fracturas en el cráneo.

Acusaciones

A pesar de las conclusiones de los forenses, tanto el fiscal como la acusación particular mantuvieron la imputación por homicidio doloso para ambos. "Alejandro recibió numerosos golpes en la cabeza y los propios forenses sí que han admitido que la paliza pudo ser una de las causas de la muerte", aseguró el fiscal. El representante del Ministerio Público recalcó que todos los testigos habían coincidido en señalar que lo que estaba ocurriendo "no era una mera trifulca" y que muchos estaban impresionados por la violencia de los golpes.

En parecidos términos se expresó la acusación particular, para quien Alejandro fue acorralado por sus agresores que le propinaron una brutal paliza. Ambos coincidieron en señalar que estaba acreditado que los procesados intervinieron en la pelea y que era irrelevante quién propinó cada golpe. "Era una agresión conjunta en la que tenían el dominio de la situación", dijo el letrado de la acusación particular.

Defensas

La defensa de Marius incidió en que para que pueda hablarse de coautoría el la muerte de Alejandro es imprescindible que "el acusado haya tenido una actuación relevante. No todo el que intervino en la pelea puede ser considerado responsable de la muerte", aseveró. Al tiempo que subrayó que fue la juez de instrucción quien en su día puso en libertad a los acusados al recibir el informe con los resultados de la autopsia.

El abogado de Mohamed, el letrado Francisco González, también subrayó que de los más 46 testigos que han declarado en el juicio, ninguno ha identificado a su cliente como autor de los golpes. "Él mismo reconoce haber soltado algún puñetazo al principio de la pelea y de no ser por eso no tendríamos ni eso", señaló, al tiempo que incidió en que todos los testigos habían relatado versiones distintas y contradictorias de lo ocurrido. "Mohamed solo intervino al principio de la pelea y ni siquiera aparece en el vídeo", aseveró.

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El lugar y el momento equivocado

Durante el turno de última palabra, los dos acusados pidieron perdón a la familia del fallecido pero insistieron en que ellos no fueron los que mataron a Alejandro. "Yo solo intervine para sacar a mi amigo (el menor de edad) de la pelea. Estaba en el sitio equivocado a la hora equivocada, pero yo estuve ni cuando empezó la pelea, ni cuando terminó. Siento la muerte de Alejandro", aseguró Marius. El otro acusado, Mohamed, se limitó a decir que sentía mucho lo ocurrido.