Dos ciudadanos holandeses, cuyas identidades no han sido facilitadas por la Policía, fueron detenidos ayer como los principales sospechosos de dirigir una red de estafas, a través de un portal web, que ofrecía a los internautas la posibilidad de alquilar casas para pasar las vacaciones en Guardamar del Segura, según informó ayer Efe.

Las mismas fuentes, citando a la Policía holandesa, aseguran que mediante esta estafa pudieron ganar alrededor de un millón de euros durante los últimos meses. El caso comenzó a ser investigado por la Policía de Groningen, una población en el norte de Holanda, hace tres meses, a mediados del verano, y en la actualidad se llevan contabilizadas algo más de 500 denuncias de las que, aproximadamente, dos tercios fueron presentadas por ciudadanos holandeses y el resto, por belgas, según las mismas fuentes policiales.

El modus operandi era siempre el mismo. Los denunciantes habían alquilado casas en Guardamar y en sus alrededores a través de la página web: "villaspanjehuren.nl" y, al desplazarse a España, se encontraron con que su alojamiento no existía o bien estaba ocupado por otras personas. Estas personas no tenían ya más solución que buscar un hotel o un apartamento de alquiler y presentar una denuncia al regresar de sus vacaciones porque la página tenía su origen en Holanda. En los anuncios ponía incluso fotografías de urbanizaciones de la Vega Baja y de playas alicantinas.

Uno de los sospechosos, de 41 años, Maas Peter B., fue detenido el viernes por la Policía en su domicilio de la urbanización Colina Real. Sobre él pesaba una orden de detención para ser extraditado a su país y la Policía Nacional montó un dispositivo de vigilancia al tener noticias de la llegada a la provincia de la novia del sospechoso. La novia fue seguida y una vez fue identificado el domicilio se solicitó un mandamiento de entrada y registro. Tras su detención por la Policía alicantina fue puesto a disposición de la Audiencia Nacional para tramitar su extradición. El otro sospechoso, de 47 años, fue arrestado por la policía en la ciudad de Arnhem, una población holandesa situada en el centro del país.