La "carretera de los tubos" está reconocida como punto negro en los informes de la Dirección General de Tráfico (DGT), puesto que cada año se producen en ella accidentes en los que se registran, al menos, tres víctimas. El mal estado del firme y los cambios de rasante suelen ser las causas de los siniestros en esta vía, de la que nadie asume su titularidad.

Este camino, que no tiene arcenes ni la anchura propia de una carretera pero que aún así es recorrido cada día por miles de turismos y vehículos pesados, fue construido con motivo de las obras del trasvase Tajo-Segura en la segunda mitad del siglo XX. Desde entonces, la "carretera de los tubos", que discurre en paralelo a las conducciones del trasvase y que conecta la N-340 con la pedanía oriolana de Arneva, es utilizada como una carretera más, pese a no tener las condiciones para serlo.

Según el informe de puntos negros de la Dirección General de Tráfico (DGT) de 2007 -no hay datos de años posteriores-, 200 metros de esta vía están considerados como tramo de concentración de accidentes. Durante ese año, se registraron tres accidentes por colisión en los que se vieron involucrados seis vehículos y resultaron heridas siete personas. Un año antes, en 2006, solo cien metros de la carretera de los tubos aparecían en el informe de puntos negros de la DGT. En esta ocasión, se produjeron tres siniestros al salirse varios vehículos de la vía. Tres personas resultaron heridas en este intervalo de tiempo.

Hace unas semanas, un hombre de 48 años perdió la vida en esta carretera después de que su coche se saliese de la calzada por causas desconocidas. El turismo se empotró contra un muro cercano a la carretera y los servicios sanitarios no pudieron hacer nada por salvar la vida de la víctima cuando llegaron al lugar del siniestro. El accidente se produjo al mediodía, cuando las condiciones naturales de visibilidad eran buenas.

Fuentes de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) explicaron a este diario que este organismo fue el encargado de construir la carretera, pero que más tarde la Generalitat Valenciana se hizo cargo de su mantenimiento. Estas mismas fuentes señalaron que no se trata de un camino de servicio para el mantenimiento de las conducciones del trasvase, puesto que, de ser así, permanecería cortado al tráfico.

Así, la carretera de los tubos -uno de los desvíos favoritos de los residentes en el casco urbano de Orihuela para llegar antes a este núcleo desde la Nacional 340- sigue acumulando accidentes mientras ninguna administración se hace cargo de una reforma definitiva que acondicione la vía para que pueda soportar la cantidad de tráfico rodado que cada día se registra en ella. Las pequeñas obras que se han ejecutado han dado fluidez al tránsito, pero no han acabado con los accidentes que alimentan las estadísticas "negras" de la DGT y que se cobran víctimas cada año.

Puentes

Las dos zonas más peligrosas, por la poca visibilidad de los vehículos que vienen por el carril contrario, son los dos puentes que elevan la calzada para sortear el cauce del río Segura y las vías del ferrocarril que unen Alicante y Murcia.

Muchos socavones pero ninguna señal

En la historia de esta carretera, y desde que la Generalitat se hizo cargo de su mantenimiento según fuentes de la CHS, se han ejecutado algunas mejoras consistentes en la construcción de una rotonda en el cruce de la carretera con la CV-915 (carretera de Beniel) y el asfaltado del camino en alguna ocasión, aunque los baches y los socavones se suceden durante el trazado de la vía. La velocidad no está regulada por ninguna señal y las únicas dos advertencias que hay a los lados del camino (una de ellas doblada) sólo se refieren a la prohibición de adelantar, restricción que muchos conductores no respetan. m. l. m.