Lleno hasta la bandera a las doce de la mañana en el salón de plenos de Torrevieja. Notable presencia institucional y alegría contenida de fieles y seguidores. La cosa se hizo esperar pero, por fin, Eduardo Dolón (Partido Popular) tuvo su gran día. Se estrenó ayer como alcalde de Torrevieja de la mano de su antecesor, el diputado autonómico Pedro Hernández y que fuera de programa -pues no es concejal-, se convertía en protagonista de la jornada al hacerle él entrega de la vara de mando en un hecho sin precedentes en el protocolo municipal. Hasta este gesto espontáneo parecía estar marcado en el guión desde la noche electoral del 22 de mayo.

Aunque el voto fue secreto y Eduardo Dolón, en su asiento, iba apuntado cada uno de sus apoyos como si alguno le pudiera fallar no había margen para la sorpresa. Los quince concejales del PP -todos juraron el cargo-dieron la Alcaldía a Dolón, lo que supone una mayoría absoluta holgada. Los seis del PSOE votaron a Ángel Sáez -que al contrario que sus compañeros, que prometieron el cargo, él lo juró-; cuatro para Domingo Soler de Alternativa Popular de Torrevieja; y dos para José Manuel Dolón, de LV. Cuando se dio el resultado la mayoría del público, entre abanicos y cámaras exclamó un sonoro "!Biiiien¡" y estalló a aplaudir, mientras que el estrecho banco de la oposición aguantaba el chaparrón en silencio -Domingo Soler, líder de la escisión del PP, felicitó discretamente al nuevo alcalde acercándose a la presidencia-.

El mejor de la historia

En su discurso de investidura Dolón volvió a los lugares comunes de sus intervenciones en campaña electoral asegurando que Pedro Hernández Mateo ha sido el mejor alcalde que ha tenido Torrevieja y ha "dignificado" la labor municipal (su mandato hasta ayer se ha extendido desde finales de los años 80), recordando a los concejales de todos los grupos que dejan la Corporación en este mandato y reiterando que las puertas de su despacho están abiertas a todos las formaciones grupos y ciudadanos de Torrevieja, además de resaltar aquello de la "mano tendida" a todos los grupos "sólo" para "trabajar" por el bien de los ciudadanos de Torrevieja, puntualizó. Trabajo fue la palabra clave, la más repetida ayer en la corta intervención de Dolón. "Voy a trabajar por cada uno de los ciudadanos de Torrevieja", dijo en un momento, y finalizó con: "Ahora sí, a trabajar por Torrevieja.

Y es que el Ayuntamiento torrevejense ha estado durante casi tres semanas a medio gas -en su vertiente de cargos políticos- a la espera de que se resolviera por el TSJ la impugnación de dos mesas electorales que fue rechazada para designar delegaciones, constituir comisiones y junta de gobierno y sobre todo establecer retribuciones a concejales y futuros asesores. La semana que viene se darán a conocer la distribución de competencias municipales.

Un lleno histórico en el salón de plenos

Casi doscientas personas se agolparon en el salón de plenos para asistir a la toma de posesión. Sesenta sentadas y el resto en pie. Mayoría aplastante de seguidores del Partido Popular, pero también algunos funcionarios del Ayuntamiento que un número considerable han apoyado la opción de Alternativa Popular y que ahora se enfrentan a una coyuntura incómoda. Mucha expectación y aplausos para cada uno de los concejales que juraba o prometía el cargo.

El acto de investidura se inició algún minuto después de las doce de la mañana, esperando la llegada del exconseller Juan Cotino. En tres cuartos de hora se cerró la sesión de investidura entre numerosos abrazos, una vara de mando que llegó por sorpresa y felicitaciones, toda la familia del nuevo alcalde bajo los focos y vivas a Eduardo Dolón. Alguien del público apuntó entonces que aquello parecía una boda. Podría haberlo sido con tanto concejal con corbata y tantos invitados. Incluso de "buen rollo" el nuevo alcalde comentó que los fotógrafos podían aprovechar para hacer una foto única a su primo José Manuel Dolón (Los Verdes) con esta prenda.