Redován se convirtió ayer en un museo al aire libre de motocicletas clásicas y antiguas, modelos recuperados, repintados y restaurados con todo el mimo, que llegaron en algunos casos en grúas o en furgonetas y en otros rodando por la autovía desde distintos pueblos de Murcia y Cartagena o desde zonas alejadas de la provincia (Alcoy, Sax, Elda... además de Crevillent o Elche).

Se dieron cita 150 vehículos de todo tipo, aunque predominaron las vespas, las bultacos, las montesas... Las más fotografiadas fueron las que iban acompañadas de sidecar, y la "joya" de la concentración fue "una Roa, muy exclusiva porque se fabricaron muy pocas en España y la han traído recién restaurada, como salida del concesionario, aunque debe de tener 55 o 60 años porque es matrícula 8.000 de Alicante", explicó Miguel Terol, presidente de la asociación La Carbonilla, promotora del encuentro.

Los aficionados aprovecharon ayer para exhibir el resultado de tantas horas restaurando sus pequeñas joyas y para hacer contactos con otros aficionados para conseguir piezas o intercambios. Y es que la afición a las motos clásicas "tiene como objetivo la recuperación y mantenimiento de vehículos históricos", explicó Terol. "El perfil del aficionado suele ser de más de 40 años porque hay un componente de nostalgia, aunque tenemos socios más jóvenes", explicó el presidente de la asociación.