El presunto asesino de Carmen Gea, vecina de Raal se relajó. Se olvidó por unos instantes de que un amplio equipo de agentes de Policía Judicial trabajaba 24 horas al día para localizarle. En un momento de debilidad, Tahar R. encendió su teléfono móvil y lo utilizó. Los investigadores, que habían rastreado su línea y sabían que llevaba días con el teléfono móvil apagado, aprovecharon esos minutos para localizar a través de GPS la señal.

El rastro les señaló un punto en el mapa, un pequeño pueblo de El Ejido llamado como la carretera que lo atraviesa, Guardias Viejas. Rodeado de invernaderos y con solo una decena de calles que confluyen en un paseo abierto al mar, en una vivienda de esta localidad se escondía Tahar. Hasta allí se desplazaron decenas de agentes que montaron un dispositivo de película para detenerlo, como informó ayer este periódico. Todo para evitar que huyera.

Agentes de paisano lo interceptaron y fue arrestado, cerca de las ocho de la tarde. Una vez que el juez de Almería autorizó a los agentes a desplazar a Tahar hasta Murcia, trasladaron al detenido hasta la Comandancia de la Guardia Civil. Llegaron cerca de las dos de la madrugada de ayer y horas más tarde fue asistido por una letrada del turno de oficio.

Tahar sostuvo ayer en su primera declaración ante los agentes de la Benemérita que no quiso matar a ninguna de las tres mujeres que agredió, que se le fue la mano, aunque admite que él fue quien las asaltó y golpeó. Balbuceando unas pocas palabras en español, un idioma que apenas conoce, Tahar reconoció que el móvil de la agresión fue el robo.

Esta hipótesis había perdido fuerza en los últimos días, al averiguar que Tahar ganaba 80 euros cada jornada que trabajaba en la huerta, y solía hacerlo unos cuatro días a la semana. Además, Tahar sólo se llevó un monedero de una de las víctimas, con 6 euros, que fue encontrado días más tarde. Ni joyas ni relojes robó el detenido, pese a que las tres víctimas portaban cadenas y pulseras de oro. No han trascendido más datos de la declaración porque las diligencias de este caso son secretas, por lo que habrá que esperar a esta tarde para conocer la decisión que toma la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Murcia, que determinará si queda en libertad o si ingresa en prisión y qué delitos se le imputan.

Las personas que han tenido la oportunidad de ver al marroquí mientras permanece detenido describen que aparenta ser una persona fría. "Mantiene la mirada y no baja la cabeza, acabas retirando tú antes la vista", indican las fuentes. "No parece tener ningún trastorno mental", aseguran.