Sin estridencias, sin excesos, sin público apenas, se celebraba ayer en Torrevieja la procesión de San Vicente cerrando el ciclo de sus procesiones pasionales. Es sin embargo la del Traslado del Santísimo una de las de mayor contenido, de mayor hondura y en su simplicidad, una de las de mayor belleza estética. Es la procesión menos festiva. Cada uno en su sitio que para eso sirven también las procesiones. Temprano esperan los miembros de la Unión Musical a la puerta del templo de la Inmaculada. Temprano acuden los fieles a la misa que precede esta excepcional salida del Santísimo que se acerca a la casa de los impedidos.Fieles son quienes acuden cada año a esta cita con la fe y la tradición y acompañan silenciosos el corto trayecto del Viático. Quienes esperan las visitas de la Eucaristía a los particulares. Al final una revolución de campanas acompañaba la entrada del palio. Aún así alguno comentaba que cada año acude menos gente porque los de siempre van faltando ya.

Muchos se irían después a preparar "la gira" o "la mona", la comida en el campo también forma parte de la costumbre del día, escogido todavía como fiesta local en la ciudad y muchos municipios de la comarca.