"No puede dejarlo aquí, está expulsado". Esta fue la bienvenida con la que se encontró Mª Mercedes Meseguer Sola, vecina de Benejúzar, cuando el lunes fue a dejar a su hijo de 15 meses en la guardería municipal, a la que acude cada mañana. El asunto ha terminado con una denuncia de la madre en el cuartel de la Guardia Civil.

Para asombro de Mercedes, no se trataba de una broma y, en efecto, el pequeño tenía prohibida la entrada a la escuela infantil durante toda la semana por morder a los demás bebés, según la directora del centro, que afirma que la decisión fue tomada de común acuerdo con el resto de profesoras y con el concejal de Educación, Francisco Lorenzo García. Según sus testimonios, el niño ya ha protagonizado tres episodios como éste, en los que ha propinado mordiscos a sus compañeros, causándoles heridas en torso y rostro. De hecho, dicen, el mismo lunes en que se le comunicó la noticia a la madre, el niño mordió a uno de ellos, en los escasos minutos que duró la conversación. Inicialmente, tras intentar sin éxito que la encargada de la escuela le permitiera dejar al niño, la madre acudió al Ayuntamiento para tratar de entrevistarse con algún representante de la Concejalía responsable de la medida, sin obtener ningún resultado.

Por la tarde, se presentó en la Policía Local para solicitar la mediación de los agentes, quienes se entrevistaron con la directora y con el edil de Educación, obteniendo el mismo resultado. Tanto una como otro se reafirmaron en su decisión de mantener al pequeño alejado del centro durante una semana, "a ver si así se le quita la costumbre de morder", en palabras del concejal, que insiste en la posibilidad de que los psicólogos de los servicios sociales municipales traten de ayudar al niño.

El martes a primera hora de la mañana, la madre se reunió con el concejal de Educación en un último intento por aclarar el asunto y conseguir que su hijo pudiera acudir al centro con normalidad. Sin embargo, García volvió a negarse a retirar un castigo que es todavía más inusual, si cabe, en tanto que no incluye la apertura reglamentaria de expediente que acompaña a toda expulsión, al tratarse, según el edil, de una "medida cautelar".

La madre del menor asegura que en la toma de esta decisión ha habido irregularidades en la comunicación, que debería haberse realizado por escrito, como es obligatorio en los comunicados entre la administración y los familiares, y no ha sido así. Además, cuando ha solicitado una copia del reglamento de régimen interno de la guardería se ha encontrado con que el documento no existe, denuncia. Por su parte, el edil de Educación sostiene que no ha sido una decisión tomada "a la ligera".

Indignación

La madre, cuya jornada laboral le impide hacerse cargo del niño durante la semana, se ha visto obligada a inscribirlo en una guardería privada, con el consiguiente aumento de los costes que supone este servicio, y se muestra "indignada" ante la desproporción de la medida. "Es un crío follonero como otros. Pero también ha llegado con heridas y magulladuras y no le hemos dado importancia", indicaba ayer la madre. Por ahora, ya ha presentado una denuncia ante la Guardia Civil y la Policía Local y está a la espera de la resolución del problema.

"No podemos poner en riesgo la seguridad de los otros niños"

El alcalde del municipio, Antonio Bernabé (PP), insistió en que no se trata de una expulsión sino de una "medida cautelar por la seguridad de los otros niños". Además, señaló que desde el Ayuntamiento no pueden "poner en peligro" a los cerca de 50 menores que acuden diariamente a la guardería por el mal comportamiento de uno de ellos, y explica que han sido las quejas de las otras madres las que han motivado la decisión y entre las que se ha creado, dice, "una alarma social". De hecho, tiene previsto reunirse con ellas a lo largo del día de hoy para paliar el revuelo causado. Sobre la denuncia presentada por la madre del menor, Bernabé defiende que la mujer en ningún momento ha mantenido una postura dialogante y que ha rechazado de plano la ayuda que el Ayuntamiento le brinda a través de los Servicios Sociales para tratar de ayudar a la "reeducación" del niño. Asimismo, recuerda que es imposible que exista un reglamento de régimen interno en un centro de educación infantil que prevea las sanciones a imponer a niños menores de 4 años por lo inusual de su aplicación, si bien ha afirmado desconocer el motivo por el que no se le comunicó a la madre la medida con suficiente antelación, en lugar de informarla en el propio centro cuando se disponía a dejar al niño como hace habitualmente. Sobre el futuro del bebé en la guardería, el alcalde ha asegurado que será readmitido en cuanto concluya el período de permanencia en casa al que se le ha obligado en una medida que es la primera vez que se toma y ha reiterado que su principal preocupación es el bienestar del pequeño y que, si lo solicitan, pondrá a disposición de los padres toda su ayuda para crear un plan de actuación que facilite el desarrollo del niño. k.c.