La reforma de la reforma. La obra que debe solventar los desperfectos de en la Calle Caballero de Rodas -detectados tras la obra de reurbanización inaugurada en marzo de 2010- supondrá una inversión municipal de en torno a los ochenta mil euros y se ejecutará con un plazo máximo que no rebasará las dos semanas, para intentar que altere lo mínimo al tráfico rodado en el centro y a los negocios que tienen su actividad a lo largo del vial. Esas son las previsiones del equipo de gobierno que pretende sacar a licitación el contrato en breve de un asunto que ha causado una agria polémica entre el equipo de gobierno del PP y la oposición.

El Ayuntamiento realizará la actuación, entre las calles Apolo y Orihuela, con fondos propios que espera recuperar porque tiene retenido el aval de 150.000 euros de Sedesa, la empresa adjudicataria de la obra que costó 3,5 millones de euros (con fondos FEIL). La voluntad municipal es ganar los recursos para que esos avales no vuelvan a manos de esas empresas al poder demostrar que las deficiencias tienen su origen en al mala ejecución llevada a cabo por Sedesa, en concurso de acreedores y que debe dinero a varias mercantiles locales, pese a haber cobrado en su integridad los 3,5 millones de euros. Entre los desperfectos, al margen del diseño de la remodelación, está el hundimiento del pavimento de adoquines.

Precintados

De momento, las islas de contenedores subterráneos instalados durante la remodelación seguirá precintada y cerrada. El Ayuntamiento no ha recibido respuesta por parte de los juzgados de Valencia a los que se dirigió para solicitar que se abran y los vecinos de este vial comercial del centro siguen dejando las bolsas de residuos en la calle. La empresa que suministró los contenedores denunció a Sedesa, empresa vinculada al presidente de las Cortes Valencianas, Juan Cotino.