Quienes viven en las proximidades del río Segura en Orihuela siguen quejándose de los malos olores que provocan los lodos sedimentados a los laterales del cauce a su paso por el casco urbano. Manolo García, portavoz de la agrupación de vecinos que insistió hasta el punto de arrancar un compromiso al comisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), José Carlos González, se quejó ayer de que las promesas que se les hicieron a principios de verano no se hayan cumplido por el momento.
González y el presidente de la CHS, Miguel Ángel Ródenas, anunciaron en Orihuela a finales de mayo que retomarían una labor de limpieza que no se había hecho desde 2007 y un mes después desplazaron maquinaria que comenzó a amontonar los lodos en unos soportes construidos para la ocasión en los márgenes del río. Así los sedimentos debían secarse para que resultara más fácil su transporte, pero allí se han quedado. Al menos una parte. Según González, sí que se retiraron los más sólidos, pero se dejaron los más blandos para que solidificaran. De lo contrario, los camiones irían dejando todo un reguero de camino al vertedero.
En cuanto al resto, las tareas se interrumpieron unos días después porque eran incompatibles con la época de riegos. El motivo es que para retirar los lodos hay que bajar el nivel del agua y para regar hay que desembalsar. Así lo había explicado en junio el comisario de Aguas y así lo reiteró ayer, concretando que habitualmente la época de riego dura hasta finales de septiembre pero este año (como no suele ser infrecuente) por las bajas precipitaciones registradas se alargará hasta mediados de octubre. El problema ahora es que ese desembalse ha vuelto a cubrir de agua los lodos que estaban secándose, y ahora están sumergidos bajo el cauce.
Fumigación
Será en octubre cuando los vecinos tengan por fin la ansiada limpieza. Este año, al menos, se han librado de otro problema añadido: Las plagas de mosquitos e insectos, porque la Concejalía de Medio Ambiente encargó una fumigación prácticamente diaria.
