El juzgado de Violencia de Torrevieja tomó ayer declaración al detenido por la muerte de la pareja, de 48 años, cuyo cadáver fue hallado el lunes por unas limpiadoras en el interior del armario de la vivienda que ambos habían compartido. El titular del juzgado, a petición del fiscal, acordó al término de la testifical la prisión provisional, comunicada y sin fianza. La causa está abierta por los delitos de homicidio y quebrantamiento de condena (concretamente, por incumplir una orden de alejamiento y por maltrato habitual).

El acusado, de 45 años, trató en su declaración, de algo más de hora y media, de exculparse sin derrumbarse. Aseguró que en la madrugada del lunes día 8 su pareja y él se inyectaron una dosis de estupefacientes. Ella sufrió entonces, aseguró, un ataque de epilepsia. La puso sobre la cama con vida y ambos se quedaron durmiendo. Al despertar, al mediodía, comprobó que su pareja había fallecido. Fue entonces cuando, por motivos que no aclaró, decidió vender la casa -obtuvo 30.000 euros, aunque 6.000 se emplearon en gastos de la transacción-. Durante tres días el cadáver permaneció sobre la cama. Para que la inmobiliaria y los posibles compradores no se percataran de la presencia del cuerpo lo enrolló en varias mantas y lo metió en un armario. El detenido insistió en que las causas de la muerte fueron naturales, pero no pudo explicar por qué no alertó de lo que había sucedido.

Análisis

Fuentes cercanas a la investigación señalaron que los análisis de toxicología pendientes de recibir podrían arrojar algo más de luz sobre lo sucedido. Mientras, se ha descartado que la mujer, que era natural de Alcoy, falleciera de muerte violenta. Ahora algunas hipótesis y a raíz de esta declaración apuntan a una sobredosis. Los informes pendientes de recibir también aclararán si el consumo de la dosis fue inducida. Es decir, si el acusado fue el que inyectó la sustancia.

Por el juzgado de Violencia Sobre la Mujer de Torrevieja pasaron desde las diez de la mañana 12 testigos para declarar sobre este caso. Entre ellos, amigos del arrestado, que se movía en ambiente marginales y ligados al consumo de drogas, amigos de la mujer hallada muerta, vecinos del residencial Jardín Botánico y trabajadores de mantenimiento de esta urbanización, situada en la calle Orihuela. Una de las amigas de la mujer explicó que le había advertido en numerosas ocasiones sobre el peligro de continuar con su pareja.

"Era una bellísima persona. Empezó a deteriorarse al estar con él. Deja a dos hijas de 19 y 15 años aunque no tenían contacto con ella". Algunos testigos describieron una relación de malos tratos, además indicaron que ambos eran drogodependientes y sufrían patologías ligadas a la adicción.