Un elevador para que los discapacitados puedan acceder con facilidad a la totalidad de las instalaciones. El Museo Didáctico Interactivo y de Ciencias (Mudic), situado en la Escuela Politécnica Superior del Campus de Desamparados de la Universidad Miguel Hernández, celebró ayer su jornada de puertas abiertas trimestral con la novedad de que ya está disponible el ascensor que permite que usuarios de sillas de ruedas o carritos de bebés puedan acceder a dos de las salas de la exposición que hasta ahora tenían como barrera unas escaleras.

La puesta en marcha de esta infraestructura, financiada por el consistorio oriolano e instalada por la universidad, permitirá que desde este año el Mudic se integre en la Red de Museos de la Comunidad Valenciana.

Visitantes

Hasta el museo oriolano se acercaron ayer más de un centenar de personas para participar en una visita que permite descubrir la ciencia de una manera sencilla a la par que divertida.

Las visitas comienzan junto al reloj de sol instalado frente al museo, donde los participantes se integran en un pequeño taller de astronomía. La exactitud de este curioso sistema marca además de la hora, con precisión exacta de los minutos, el día del año.

El director de la Asociación de profesores de ciencias Hypatia de Alejandría, Jesús Carnicer, organización que gestiona el museo en colaboración con la universidad y el consistorio, explicó ayer que tras la visita al reloj de sol los participantes se dividen en dos grupos, uno que se deriva a las salas donde pueden experimentar hasta 16 talleres distintos sobre física, biología, tecnología o neurociencias, y otro que accede a los módulos donde se convierten en sujetos activos de los propios experimentos.

Carnicer explicó que dos de los experimentos que más llaman la atención de los visitantes es el "scalextric", que permite al usuario impulsar un coche pedaleando una bicicleta ligada a un mecanismo que permite transformar la energía mecánica en eléctrica, y un segundo que permite medir la masa de un astronauta que está ingrávido. Este último sistema fue diseñado por alumnos y profesores de los institutos Tháder y Gabriel Miró.

"Lo que pretendemos es mostrar una ciencia con rigor pero divertida. La ciencia es asequible a todo el mundo y son los padres quienes en muchas ocasiones aprenden más que los propios niños". El museo recibe cada año más de 5.000 visitas sobre todo de estudiantes de Murcia y Alicante.