La Fiscalía pidió ayer la absolución para la mujer del alcalde de Los Montesinos, denunciada por vejaciones y lesiones por la portavoz del PP, Pilar Paredes. El juzgado de Instrucción 3 de Torrevieja acogíó el juicio de faltas en el que se relató que el pasado 28 de julio, tras la elección de la Reina de las Fiestas de la Segregación, en la plaza del pueblo, Leocadia, pareja del alcalde socialista José Manuel Butrón -ayer sentado entre el público-, supuestamente arremetió contra Paredes insultándola y amenazándola. "No huyas cobarde", consta en la denuncia que le dijo Leocadia cuando Paredes intentaba abandonar la plaza junto a su hermana, ya rodeada, asegura, de familiares y amigos del alcalde y de su esposa, en previsión de que la situación se calentara más.

Como detonante del incidente no hubo nada concreto, pero los ánimos ya estaban exaltados en el pueblo en plenas fiestas. Ese mismo día se había publicado en los medios de comunicación que el primer edil estaba imputado en un procedimiento que investiga supuestas irregularidades urbanísticas en su gestión. Por si faltaba algún ingrediente la reina escogida era sobrina del regidor. El abogado de la denunciante aseguró en su intervención que no pudo encontrar para declarar a más testigos que a la hermana de la portavoz del PP porque los vecinos temen represalias del alcalde, que gobierna este municipio de 5.000 habitantes desde 1991. Considera el letrado que hay una falta por vejaciones y por ella exige una multa de 500 euros.

La defensa por su parte aportó dos testimonios y se adhirió a la petición de la fiscal en el sentido de que en la actuación de la mujer del alcalde, "no hay reproche penal".

Para evidente desesperación del juez, el primer testigo admitió que no había visto nada y se limitó a asegurar que observó de buen ánimo a la denunciante tras el enfrentamiento sólo, al parecer, para desbaratar el argumento de Paredes, quien presentó un parte de lesiones con un cuadro de ansiedad del que dijo no haberse recuperado todavía. El parte está firmado a las 2 de la madrugada, tres horas después de los hechos.

Testigo

El segundo testimonio tenía un componente más especial. El testigo a declarar era Alejandro Espí, quien además de presentador y mantenedor del acto da la casualidad de que es miembro de la ejecutiva comarcal del PSOE, nimiedad que olvidó mencionar cuando el juez le preguntó si le ligaba alguna relación especial con las partes en conflicto.

Espí comentó que no había visto nada extraño en la actitud de las mujeres mientras conversaban, pero sí recordó los insultos que al parecer la hermana de la portavoz del PP profirió al alcalde Butrón. En relación a estos presuntos insultos no consta ninguna denuncia de éste.

La fiscal dijo que había versiones contradictorias sobre los hechos y vino a sugerir a la portavoz del PP que " aunque no tiene por qué soportar lo que tiene que soportar" y la discusión fue reflejo "de mala educación", los cargos públicos están más expuestos a las críticas y reconvenciones de los vecinos, máxime en un municipio de pequeñas dimensiones". Críticas que la joven abogada de la defensa calificó de "riñas políticas".

Ante este panorama y armado de paciencia el magistrado intentó resolver el asunto con una mediación poco habitual en el ordenamiento jurídico. Propuso que Paredes perdonara a Leocadia y que ésta a su vez se disculpara ante Paredes. Una especie de labor de arbitraje que desatascaría mucho los juzgados de este tipo de procedimientos -al que Paredes dijo que se ha visto obligada a recurrir para evitar la repetición de este tipo de episodios-, pero que no está regulada, reconoció el juez, aunque deriva de las orientaciones que sobre estos conflictos de índole privado llegan desde la Unión Europea. Al final ni Paredes se disculpó ni Leocadia pidió perdón. Arrieros somos y en el camino nos encontraremos debieron pensar ambas. En los pueblos ya se sabe.