Orihuela disfruta de uno de sus días más grande de las fiestas, con el desfile de la Gloriosa Enseña del Oriol que recorre las calles desde primera hora de la mañana y aún no ha llegado al Ayuntamiento donde volverá a ser depositado en el balcón principal.

La temperatura supera los 33 grados y los vecinos están echando agua a los festeros a su paso por las calles de la ciudad en un desfile de enorme colorido y con decenas de bandas acompañando a los cientos de festeros.. El obispo Jesus Murgui ha presidido a las doce la misa en la iglesia de las Santas Justa y Rufina.