A las 8 de la mañana, la Playa del Cura de Torrevieja está ya llena de sombrillas, pero la mayoría parecen no tener dueño; a pesar de que la ordenanza municipal de playas considera una infracción leve la instalación de sombrillas, sillas, mesas o cualquier otro complemento siempre que no se encuentre presente su propietario. Entre los más madrugadores, se encuentra Teresa, una jubilada que prefiere la tranquilidad y los pocos rayos de sol de las primeras horas de la mañana, por «problemas de piel». Teresa vuelve a su casa a las 9.30, cuando la playa empieza a moverse. Aquí, cada generación tiene un horario, esta es la hora de los jubilados, que también aprovechan para hacer sus sesiones deportivas en grupo sobre la arena.

El turismo nacional capta cada año a más personas. La mayoría de los visitantes españoles que llegan a Torrevieja cuenta con vivienda en propiedad, como Carmen, una madrileña que compró su apartamento hace 15 años y, aunque ahora lo tiene en venta, todavía le gusta disfrutar durante un mes de la cercanía del mar al tiempo que asegura que «aunque Torrevieja tiene muy mala fama, es muy tranquila».

A partir de las 11 empieza a haber mayor actividad. Es la hora de los niños. La orilla del mar se transforma y se llena de castillos, cubos y palas. También llegan los primeros vendedores ambulantes - que cada vez son menos- y los socorristas. Uno de ellos iza la bandera amarilla, el día está nublado y no anuncia una buena jornada para el baño.

Vigilancia

Las playas de Torrevieja cuentan con 26 puntos de vigilancia y 75 socorristas cualificados, además de nueve habitáculos para curas y atenciones primarias en temporada alta, que se reducen a cinco puestos de primeros auxilios el resto del año. Para este verano, la inversión en el servicio de Cruz Roja asciende a 451.845 euros, de los que 371.094 euros se destinan a recursos humanos y 51.044 euros, a material.

Asimismo, Cruz Roja ofrece a los discapacitados físicos un servicio de baño adaptado. Con sólo realizar una llamada, el personal traslada a la persona impedida desde su casa a la playa y al terminar su baño es llevado de nuevo a su domicilio. Según datos de Cruz Roja, se realizan una media de 15 servicios diarios con personas discapacitadas gracias al servicio de baño adaptado.