La erosión que producen las olas que chocan contra la roca que sustenta el Paseo Sardinero de Torre de la Horadada ha provocado la aparición de socavones de hasta siete metros de profundidad y el suelo por el que pasean miles de turistas se encuentra suspendido en el aire con tan solo un solo metro de base en algunas zonas. El miedo al peligro que supone esta situación ha llevado a una asociación de vecinos a solicitar al Ayuntamiento que ponga solución a este problema ante el riesgo de que el firme termine por desplomarse en cualquier momento.
El Ayuntamiento, presidido por José Fidel Ros (PP), es consciente de la preocupación que genera este hecho aunque, en realidad, la administración local tiene las manos atadas y no puede solucionarlo de forma directa, dado que las competencias de esta zona son exclusivas de la Dirección General de Costas y solo este organismo podría dar luz verde a un proyecto de intervención.
«Pedimos que los técnicos de Costas vengan y determinen cómo se puede poner solución a este problema antes de que ocurra una desgracia. Muchas de las familias de la localidad viven de la actividad que genera el turismo y no podemos permitirnos tener el paseo en este estado», apunta Santiago Camacho, portavoz de los vecinos. La misma fuente asegura que sobre la acera han aparecido algunas grietas y «la gente teme que un día se desprenda parte del paseo». En realidad, el problema de la aparición de socavones en la roca sobre la que se emplaza el paseo no es nuevo. Hace unos meses desde la Dirección de Costas rellenaron con piedras algunos de estos agujeros horadados por la fuerza del mar. A este respecto, el concejal de Obras y Servicios, Francisco Lancharro, valora que dicha intervención no fue suficiente para frenar el problema porque sólo se actuó en un tramo de 50 metros, desde la Cala del Tío Pepe, añadiendo piedra a los túneles.
Corrientes marinas
Según fuentes municipales, la erosión causada en las rocas del paseo marítimo y la pérdida de los arenales de las playas desde la zona del puerto deportivo y hasta el límite geográfico con San Pedro del Pinatar es un problema que se viene repitiendo desde hace cuatro décadas, cuando se construyó dicho puerto y, al parecer, se modificaron las corrientes naturales marinas. El Ayuntamiento ha documentado a través de su archivo fotográfico que la ejecución de dicha infraestructura ha provocado que los sedimentos naturales del mar se hayan empezado a depositar junto al puerto, lo que ha motivado la creación de una nueva playa. En cambio, la zona de Las Higuericas, la Cala del Tío Pepe y El Mojón van perdiendo su arena progresivamente. Es por ello que cada año, antes de que comience la temporada estival, se tienen que regenerar estas zonas de baño. Solo en 2014 se vertieron cerca de 8.000 metros cúbicos de arena.
El consistorio pilareño sabe que rellenar los arenales una y otra vez no es más que una medida transitoria que cuesta miles de euros y cuyos efectos no duran más de un año. Por este motivo encargó un estudio a la Universidad de Alicante (UA) que ha determinado que la solución pasa por construir una serie de diques y espigones para evitar que el mar siga erosionando el litoral que supone el principal atractivo para los visitantes y una importante fuente de ingresos para la economía del municipio. Las soluciones propuestas desde la UA plantean tres posibilidades consistentes todas ellas en la construcción de esos diques y espigones, de diferentes tamaños y en distintas ubicaciones. Acometer este proyecto costaría cerca de tres millones de euros y el avance de ese estudio fue remitido a Costas para su evaluación, aunque hasta ahora no se ha llegado a ningún acuerdo. Mientras tanto, el Ayuntamiento pide que se aporte alguna solución para rellenar los socavones horadados en la roca que mantiene el Paseo Sardinero y hasta que se pueda ejecutar una solución definitiva e integral.
