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Ochenta familias de «Nueva Torrevieja» exigen medidas contra la venta de drogas

Los vecinos denuncian ante la Guardia Civil el tráfico al menudeo en un edificio abandonado

Ochenta familias de «Nueva Torrevieja» exigen medidas contra la venta de drogas

Ochenta familias han reclamado con sus firmas a la Guardia Civil y al Ayuntamiento que actúe contra el foco de tráfico de drogas e inseguridad en el que se ha convertido el edificio de siete plantas abandonado en 2008 en la confluencia de la calles Santa Petra y Hermanos Parodi, en el barrio de Nueva Torrevieja. Una situación que se ha trasladado además a otra vivienda de planta baja cercana al edificio, también ocupada ahora.

Peleas continuas, robos y amenazas, jeringuillas y restos de sangre y drogas... Eso es lo que aseguran los vecinos que ocurre en esta zona y el adosado cercano. En un escrito al que ha tenido acceso el diario aseguran que en esta zona residencial, que siempre ha destacado por ser un lugar muy tranquilo, ya no dejan salir a jugar a sus hijos. También recuerdan la situación de peligro que supone la presencia de la grúa torre desde que la crisis dejó el inmueble sin terminar en 2008.

Los vecinos reclaman una solución y advierten de que están muy cansados de una situación que se arrastra desde que el edificio se paralizó hace siete años pero que se ha ido deteriorando, más todavía, en los últimos meses.

El colectivo vecinal, que adjuntó a este diario las firmas y varias de las denuncias presentadas en la Guardia Civil, agradeció por otra parte el trabajo que están desarrollando las fuerzas de seguridad. Sin embargo, mantienen que es el Ayuntamiento el que tiene la última palabra para hacer cumplir la normativa urbanística y la ordenanzas municipales sobre vallado y limpieza de solares. También recordaron que «votan» y pagan sus impuestos. El edificio Némesis fue construido por la empresa Hercusa. Ésta quebró y después fue adquirido en ejecución de un embargo por CajaMar que lo ha vendido a una tercera empresa Geptahor, por sólo 200.000 euros. Esta mercantil advirtió con carteles el pasado mes de diciembre que los ocupantes del inmueble debían dejarlo porque iban a iniciar la limpieza y obras desde el 29 de diciembre. Algo que no ha ocurrido. Este diario recogió el estado del interior del edificio, repleto de basuras y desvalijado, en octubre de 2013. Meses después el Ayuntamiento pudo ejecutar la orden de instalar un vallado que permanece con la puerta abierta al continuo trasiego de entrada y salida. En enero los vecinos volvieron a reclamar al Ayuntamiento que interviniera. La concejalía de Urbanismo, que ya tramitó el vallado, aseguró que no conocía el problema.

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