Para muchos la primavera es sinónimo de buen tiempo y previa a las vacaciones estivales. Pero, para muchos otros también es sinónimo de la llegada de las tan temidas alergias. Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) esta primavera será una de las más agresivas en términos de alergia, desde el año 2007. Además, el número de alérgicos en nuestro país no para de crecer, no solemos prevenir por culpa de malos hábitos alimenticios, de higiene o la contaminación afirma Carlos Martínez, CEO de IMF Business School y director de un máster en prevención. Los últimos datos publicados por SEAIC, muestran como el porcentaje de españoles alérgicos en primavera sobrepasa el 25% de la población, y se estima que en el 2025 llegue al 50%. O lo que es lo mismo, tres de cada cuatro personas padecen algún tipo de alergia. La más habitual es la alergia al polen, que supone ya el 15% de la alergia que más padece la población mundial.

La poca o nula prudencia para prevenir ante una posible alergia provoca parte de este crecimiento de enfermedades en esta época del año. Por ejemplo, la vacunación es algo a lo que pocos le dedican su tiempo, algo que evitaría muchos tipos de alergias, tal y como indican desde el departamento de Alergia del Hospital Universitario Quirón Dexeus, desde donde ponen de manifiesto que las vacunas para alérgicos a los ácaros (una de las alergias más comunes) solucionan ya el 85% de los casos, y el de los animales domésticos como perros y gatos el caso de éxito asciende ya al 20 y 50% respectivamente. Como dato curioso, casi el 6% de las consultas médicas realizadas durante los viajes tienen que ver con algún tipo de alergia, sobre todo provocadas por el polen, los alimentos y picaduras de insectos, según datos del departamento Business Analytics de InterMundial.

Los expertos apuntan una serie de consejos para combatir los efectos de la alergia. Entre ellos, beber abundante agua, comer comida ligera, realizar la tarea más dura en la franja horaria en la que la temperatura es más baja, como el comienzo o final de la jornada laboral. También hay que proteger los ojos con gafas solares de eficacia demostrada, proteger el cuerpo con ropa ligera, mantener las ventanas cerradas, deshacerse de elementos que puedan ser escondite al polvo como alfombras y guardar la ropa de cama y almohadas en bolsas de plástico con un pasador. Además en el coche hay que llevar las ventanillas cerradas y colocar un filtro para pólenes en el aire acondicionado.