Dos días después de que se produjese un incendio en una nave del vertedero de Proambiente, situado entre la localidad murciana de Abanilla y en la pedanía oriolana de La Murada, la construcción echaba aún humo. Una nube que era visible desde una gran distancia y que no ha llegado a cesar en más de 48 horas.

Por causas que se desconocen aunque la empresa llegó a asegurar que la Guardia Civil dijo que pudo ser intencionado, un incendio calcinó una nave de Proambiente que acumulaba basura orgánica hasta el techo según confirmaron fuentes del cuerpo de bomberos de Abanilla. El fuego se originó alrededor de las ocho y media de la mañana y provocó una gran humareda negra que alertó a los vecinos de la zona así como los miembros de la plataforma Vertivega quienes rápidamente reclamaron el cierre de las instalaciones por parte del gobierno murciano porque consideraron que el incendio era un ejemplo más de las «irregularidades» que el colectivo vienen denunciando durante años.

La nave de más de 8.000 metros cuadrados acumulaba lo que se conoce como el «rechazo», el producto final tras el proceso de reciclaje que permanecía en la nave antes de ser trasladado para su eliminación en el vertedero de Fuente Álamo ya que Proambiente actualmente trabaja como planta de transferencia porque el juzgado de Cieza decreto el cierre de sus vasos por su utilización sin autorización. Al tratarse de basura orgánica las labores de extinción que llevaron a cabo hasta quince bomberos de distintos parques murcianos, se alargaron durante toda la tarde. El fuego finalmente los bomberos prefirieron quedarse vigilando las instalaciones porque existía riesgo de que se volviese a originar el fuego.