Sorpresa macabra la que se llevaron ayer todos aquellos que pasaron por el entorno de la Glorieta Gabriel Miró, en pleno centro de Orihuela. Cuerpos de palomas muertas jalonaban el suelo del paseo. Iban cayendo unas tras otras. Los operarios municipales se afanaron en recoger los restos de la veintena de estas aves que perecieron en lo que se sospecha un envenenamiento. El Ayuntamiento de Orihuela investiga las causas de la muerte de las palomas y envió muestras al Instituto Toxicológico de la Universidad de Murcia al haber evidencias de que su fallecimiento estaría provocado por algún tipo de veneno.

El concejal de Sanidad de Orihuela, José Galiano, explicó que el examen de toxicología dará con la causa de las repentinas muertes de las palomas «para determinar o descartar cualquier posible intoxicación de estos animales», indicó el edil. Galiano señaló que «es importante comprobar si se ha podido producir alguna ingesta de tóxico, ya sea accidental o intencionada, ya que además de ser ilegal, podría poner en riesgo al resto de aves urbanas y a las mascotas, sin olvidar el riesgo de que algún niño pudiera contactar con este tipo de sustancias». De momento, no se ha constatado la muerta de otras aves que rondan el casco urbano de Orihuela.

Investigan la muerte de decenas de palomas en pleno centro de Orihuela INFORMACIÓN

Durante toda la mañana tanto los trabajadores municipales como la Policía Local, y desde las áreas de Sanidad, Infraestructuras y Limpieza Viaria, procedieron a revisar y retirar los ejemplares hallados y cualquier resto de alimento ante la sospecha de que pudiera estar contaminados. Muestras que se analizarán.

Desde la Concejalía de Sanidad recordaron a la población que, aunque las aves urbanas podrían considerarse como animales de compañía, especialmente para niños o gente mayor, no lo son. «Es común que la gente encuentre placer en observarlas y alimentarlas, pero esto no es aconsejable», indicó José Galiano. Cuando estas especies de aves urbanas se congregan en concentraciones demasiado elevadas se pueden producir excrementos que dañan edificios y vehículos, y pueden dañar la vegetación urbana y causar problemas de polución con sus excrementos. En este sentido, cuando las especies de aves tienen altas densidades de población y se congregan alrededor de fuentes de agua o alimento, debido a los contactos frecuentes entre ellos, se favorece la transmisión de patógenos, y se incrementan los niveles de parasitación, explican desde Sanidad.

Por ello, el concejal de Sanidad, José Galiano, explicó que su concejalía, a través de una empresa autorizada, realiza varias capturas de ejemplares a lo largo del año para disminuir la población de palomas, muy numerosa en la ciudad. No obstante, Galiano señaló que «es importante la colaboración ciudadana para evitar su crecimiento descontrolado».

Paloma muerta en la Glorieta

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